Redacción
México, D.F.-México no podrá presumir de ser un país con libertades, democracia plena, desarrollo, paz e inclusión social, mientras se siga atentando contra los derechos humanos de las personas, señaló el Senador Martín Orozco Sandoval.
Al participar en la inauguración de la exposición del primer Concurso Internacional de Caricatura alusiva a los Derechos Humanos, Antonio Arias Bernal “El Brigadier”, en la antigua Cámara de Senadores, encabezada por el presidente de la mesa directiva de la Cámara Alta, Miguel Barbosa, el legislador por Aguascalientes convocó a dejar de lado cualquier signo de intolerancia desde las diferentes esferas del poder y desde los propios núcleos sociales, a fin de construir un México incluyente y con verdadera justicia social.
En este evento, organizado por la Comisión de Derechos Humanos de Aguascalientes en coordinación con la Comisión De Derechos Humanos del Senado de la República, que preside Angélica de la Peña Gómez, Orozco Sandoval consideró necesario una intervención más exigente de los organismos responsables de vigilar y preservar el respeto a las garantías individuales.
“Estamos convocados a defender y hacer valer nuestros derechos como personas. A demandar que se den por igualdad y ya no más privilegiados”.
Detalló así, que no se puede hablar de seguridad y justicia, mientras persistan las prácticas de la opresión y la tortura para obtener declaraciones forzadas en las investigaciones judiciales.
“Es inadmisible que a estas alturas de la convivencia de la sociedad, se sigan destacando casos de persecución política sólo por no coincidir muchas veces con la clase gobernante”, puntualizó.
Admitió que en el país se ha avanzado en materia de derechos humanos, aunque lamentó, que aún no todos son capaces de respetarlos.
Dijo que faltan explicaciones sobre aquellos personajes que se han distinguido por opinar y defender una causa de determinados grupos de la sociedad, pero que de pronto han sido callados.
“Ningún distractor puede olvidar a los estudiantes desaparecidos. Tampoco a tanto periodista que se ha desterrado o asesinado. El riesgo que corren los líderes sociales diseminados en todo el país que han abanderado la lucha de la defensa al desprotegido y de rechazo a la cerrazón e indiferencia de los gobiernos”.
Igualmente, señaló que falta atención y resultados sobre los casos de mujeres víctimas de maltrato; de niños vulnerados por su inocencia y de personas con discapacidad que desconocen qué es la autosuficiencia.
“Celebramos la independencia pero no queremos darnos cuenta que aún hay obreros que son tratados como esclavos; migrantes vejados y también, representantes de las iglesias que son amordazados sólo por intentar saciar la sed de justicia de los oprimidos”.
Martín Orozco confió en la sensibilidad que muestran los jóvenes en materia de derechos humanos, para prevenir todas las conductas de la exclusión social y la violencia.
Los invitó a no dejar de pensar y creer, a luchar y defender, a vivir y trascender, “porque son estas son las bases para la preservación de los derechos y la convivencia armónica de la sociedad”.
También a no callar sobre cualquier injusticia que observen porque es precisamente con su voz como podrá solucionarse y prevenirse cualquier problema.
Resaltó al mismo tiempo el homenaje que rinde el Concurso Internacional de Caricatura alusiva a los Derechos Humanos al aguascalentense Antonio Arias Bernal, a quien recordó por haber vencido en su tiempo, los miedos a la denuncia pública y al reclamo del político, basándose en el ánimo que prevalecía en su momento entre la sociedad.
Luego de su mensaje y junto con Eduardo Martín Jáuregui, Presidente de la Comisión Estatal de Derechos Humanos y Angélica de la Peña, Presidenta de la Comisión de Derechos Humanos en el Senado, recorrieron la exposición con que consta de 250 obras de 92 caricaturistas originarios de 27 países.
Ahí mismo, Martín Orozco felicitó a Román Rivas, ganador del primer lugar del concurso con quien coincidió que se necesita un mayor esfuerzo, tanto de las autoridades como de la misma sociedad, para el respeto y reconocimiento pleno de los derechos humanos.