En Aguascalientes algo huele mal…

 

 

Nicolo Machiavelli Savonarola

Aguascalientes, Ags.- Faltan sólo unos días para la jornada electoral federal y las concurrentes locales en más de una docena de entidades federativas. Por lo que la prensa ha publicado sobre este asunto cívico y político, se desprende la pobreza de propuestas por parte de los candidatos sin importar el cargo por el que se postularon. Aguascalientes es una prueba palpable de ello. Pero eso no es lo grave del caso. Lo verdaderamente graves es que sin importar para nada ni la pobreza ni la riqueza de lo que propongan, salvo que esa propuesta una vez que protestaran el cargo para el que fueron electos, se cumpliera a cabalidad, en particular en lo que a la integración de los congresos Federal y locales compete, las cosas serían diferentes, siempre y cuando la propuesta fuese la siguiente:

La mejor propuesta que los candidatos a legisladores locales o federales habrían podido ofrecer a los electores, según mi opinión, habría sido la de votar, una vez en las respectivas cámaras, no en bloques partidistas, sino con una libertad de pensamiento alimentado ideológica y éticamente con bases y principios sólidos, es decir, bien estructurados en sus contenidos y principios; pero sobre todo, con conocimiento pleno del asunto a votar e incluso, según la importancia del mismo, ponerlo a la consideración de los electores en cada distrito, mediante una consulta popular. Esto sería lo ideal, pues sólo así existiría una verdadera división de poderes, que serviría de contrapeso a las iniciativas del Poder Ejecutivo, como las de reciente cuño, y otras más añejas que han estado dirigidas a una elite: la del dinero, nacional o extranjero.

Lo que quiero decir, es que una vez electos los candidatos, deben estar al servicio de los ciudadanos no en su contra como hasta ahora. Porque una cosa es Juan Domínguez y la otra no me chíng…

Así las cosas, es necesario que nosotros los electores, pongamos más cuidado al momento de elegir; esto por un lado, pero también buscar acercamientos de grupo con candidatos en campaña y luego, con los que resultaron electos, sin importar si votamos o no por ellos, pues finalmente habrán de realizar un trabajo en beneficio de todos. Necesitamos ser escuchados y tomados en cuenta y no sólo aportar nuestro voto para elegirlos, al menos en teoría sí debería de suceder.

De haber votado conforme al resultado obtenido de una consulta popular, las reformas esas de marras, o estructurales según ellos, no habrían sido aprobadas como lo fueron, pues esa aprobación fue posible merced a componendas entre PAN y el PRI, éste, dando su voto a la reforma electoral, y aquél, levantando el dedo en la energética. ¿El resultado? Lo estamos viviendo todos.

Todos estos disque cambios estructurales equivalen en mayor o menor proporción a poner un aviso gigantesco que se pueda ver desde cualquier lugar, región o país, con la leyenda: SE VENDE PAÍS RICO AL MEJOR POSTOR POR NO TENER GOBERNANTES APTOS, HONRADOS Y PATRIOTAS QUE LO SEPAN ADMINISTRAR.

Esto es lo que han avalado las legislaturas desde hace décadas, en las que los partidos dominantes como fieles amante, siempre han volteado a ver en la misma dirección: la de los intereses de la clase dominante y los suyos propios.

Es vergonzoso que una minoría de mexicanos sin criterio ni independencia intelectual y sin cultura, vamos, sin la más mínima idea de lo que es la verdadera política, hayan podido votar por iniciativas que han ido en contra de la mayoría de todos los mexicanos, que somos todos los jodidos. Esto es, con ese grupo de habitantes que son poco más del 50% de la población; me refiero a los pobres que un día no tienen que comer y el siguiente tampoco.

Ello, más que ser un verdadero despropósito de la elite gobernante, es un desprecio absoluto por los de abajo. En suma, un acto discriminatorio que ya comienza a revertirse. Esta sería la razón para entender el por qué de la descomposición social en la que estamos atrapados y entrampados. Es obvio que no es cien por ciento un desborde de la delincuencia organizada, sino una clara manifestación de protesta generalizada a manera de guerra de guerrillas, a la que cada día se le suman más adeptos ante el asombro del gobierno, cuya eficiencia y eficacia son sólo dos términos del diccionario.

Esto que hacen encuadra con suma precisión en una flagrante violación de los derechos humanos de los desposeídos, además de robo, corrupción, daño patrimonial al Estado, tráfico de influencias, conflicto de intereses, nepotismo, y puedo seguir enlistando delitos de toda índole pero qué gano, si con todo y que las señales que los grupos insurrectos delincuentes organizados o sindicalizados o qué sé yo, han sido más que elocuentes y hasta didácticas, de lo que en el largo plazo puede suceder, sé que por ahora nada cambiará. ¿Es necesario que despierte totalmente el México bronco?

El día que volvamos a tener verdaderos patriotas como candidatos y no peleles como los que aquí me refiero; ese día, México volverá a ser lo que en una época del pasado fue: una nación prospera, con empuje y sin tanta desigualdad social, lo que le permitirá instalarse en el mapamundi como un país, cuyas riquezas serían los medios y fines para cambiar el rumbo, y así poder ocupar el sitio que realmente merecemos.

Cuando me refiero al patriotismo, me refiero a esos sentimientos y convicciones que todos, absolutamente todos, deberíamos tener cincelados en nuestra mente, en nuestro espíritu y en nuestro corazón, sentimientos que sirvieran de guía en cada uno de nuestros actos. Algo así de simple abatiría no sólo los actos de corrupción, de abuso de poder, de nepotismo, etc., sino que le daría el rumbo a seguir a la elite política, que desde hace muchas décadas lo único que ha hecho es llenarse los bolsillos de dinero mal habido. Sí, porque los políticos sólo han pensado en cómo solucionar su situación económica personal. Los demás, pues simplemente nos mandan al carajo. No sólo así lo piensan, sino así lo han hecho toda esa legión de delincuentes empolvados, charlatanes y merolicos que elegimos para que gobiernen.

Cada seis años en los ámbitos federal y local, se gestan camadas de nuevos ricos. Sí, toda esa gentuza que a la sombra de quien ayudaron o acompañaron para llegar al poder, una vez montados en él, se olvidan de principios y de todo tipo de valores. Por eso es que las cúpulas gobernantes siempre estarán pensando en iniciativas, reformas y demás asuntos que beneficien al círculo rojo, es decir, a las altas esferas donde el signo de pesos es la única ideología, la única visión, la única religión y la única convicción.

De esta ralea de pillos no escapan los familiares en primera y hasta la última línea de los gobernantes y políticos de primer nivel. ¿Muestras? Basta con abrir las páginas de los diarios de los que brota el pus y hedor de toda esta caterva de bandidos, vende patrias y sobre todo traidores. Son a los que deberíamos perseguir y abatir y no a los delincuentes, que finalmente hacen algo bueno, envenenar a nuestros vecinos de allende la frontera y ser el azote del gobierno y de pasada traerse un puñado de dólares que de algo han de servir.

Aguascalientes no es la excepción, por eso es que en Aguascalientes algo huele mal, y todos sabemos de dónde viene ese hedor, que tiene que ver precisamente con todo lo aquí expuesto.

El dilema del momento es, votar o no votar. Pues lo cierto es que todos están como la yunta de Silao: tan malo el pinto como el coloráo. Se vale soñar.