Formal prisión al que baleó e incineró a un septuagenario

Comunicado

Aguascalientes, Ags.- Sin derecho a fianza por considerarse delito grave El Juzgado Segundo de lo Penal, dictó el auto de formal prisión por el delito de homicidio doloso calificado con las agravantes de ventaja y traición en contra de Francisco Ramón Hernández Rodríguez de 24 años, señalado como probable responsable de haber privado de la vida a Juan Macías Rangel quien contara con 74 años de edad y conocido con el apodo de “EL GAVILAN”.

Los hechos quedaron al descubierto el pasado día 16 de julio, cuando descubrieron completamente calcinado el cuerpo de “EL GAVILAN” en el interior de su domicilio ubicado en La Avenida Liga Mexicana s/n esquina con la calle Gavilanes en la comunidad de Coyotes Aguascalientes.

Mediante una llamada telefónica que se recibiera en la guardia de agentes, se informaba que en el interior de un terreno en la colonia Coyotes estaba el cuerpo sin vida de una persona, por lo que inmediatamente se trasladaron al lugar personal de las direcciones de Policía Ministerial y servicios Periciales encabezados por el Agente del Ministerio Público, quienes confirmaron que se trataba de un persona de sexo hombre la cual presentaba quemaduras de tercer grado, identificándose en el lugar una persona quien dijo ser hijo del finando.

Al momento de ser entrevistado el joven dijo llamarse Hugo indicando que le había llamado la atención que su padre no tuviera comunicación con él desde hacía tres días, por lo que el trato de contactarlo vía telefónica y al no tener respuesta se dirigió a su domicilio, donde al no abrir la puerta, decidió brincarse la barda, por lo que al ingresar al domicilio descubrió que sobre el suelo estaba el cuerpo de una persona calcinada, pero la cual identificó como su padre, por lo que volvió a salir de la casa y dirigirse con el Comisario Ejidal solicitando la presencia de las autoridades policiales.
Inmediatamente los agentes ministeriales iniciaron las investigaciones entrevistando a varios vecinos del lugar quienes señalaron que el fiando era una persona muy tranquila que acostumbraba a ingerir bebidas embriagantes los fines de semana con algunos amigos dentro de su finca, por lo que se entrevistó a quien dijo llamarse Juan dueño de una tienda de abarrotes quien declaró que la última vez que vio con vida “AL GAVILAN”, sería el pasado día 10 de julio, cuando abría ingresado a su tienda junto con otra persona de nombre Francisco Ramón para compra unas cervezas.

Del mismo modo el hijo del finado aseguró que al revisar la casa de su padre descubrió que faltaba una pistola tipo revolver que sabía su padre tenía para su seguridad, así como una tarjeta de debito de una sucursal bancaria y su teléfono celular.

Cabe destacar que ante el Agente del Ministerio Público se presentaron a declarar varias personas habitantes de la comunidad, quienes coincidían que “EL GAVILAN” era una persona muy tranquila que solo en ocasiones escuchaban detonaciones de arma de fuego dentro de su predio, toda vez que sabían que Juan Macías tenía un arma de fuego y le gustaba hacer detonaciones.

Continuando con las investigaciones la Policía Ministerial, descubrió que se habían realizado algunas compras con la tarjeta del hoy fiando, en una farmacia y en una tienda de ropa tipo vaquera, por lo que se dirigieron a dichas negociaciones proporcionando los empleados de mostrador los baucher firmados, así como proporcionar algunos de los videos de seguridad de dichas empresa, descubriendo que quien aparecía en las imágenes era una persona de nombre Francisco Ramón Hernández Rodríguez, quien tenía su domicilio en la calle Liga Mexicana en la misma comunidad Coyotes.

Con esta información los investigadores solicitaron al AMP una orden de localización y presentación la cual fue otorgada por el representante de ley; inmediatamente un grupo de agentes investigadores se dirigieron al domicilio del buscado, por lo que al circular por la Avenida Liga Mexicana y cruce con las vías del ferrocarril, observaron que caminaba por el lugar una persona de sexo hombre, que coincidía con las características del solicitado en el documento oficial, por lo que detuvieron su marcha los agentes quienes posterior a su identificación como agentes del gobierno, le pidieron que se identificara manifestando llamarse Francisco Ramón Hernández Rodríguez, solicitando que los acompañara al edificio de Averiguaciones Previas, toda vez que estaba señalado en una averiguación previa.

Ya a disposición del AMP Francisco Ramón, fue cuestionado con relación a las compras realizadas con la tarjeta del occiso, comenzando a caer en contradicciones, argumentando que se la había encontrado y luego que el occiso se la había prestado, hasta que terminó por confesar que él lo había ultimado.
Continuado con su declaración Francisco Ramón mencionó que el día de los hechos al salir de su trabajo, pretendía dirigirse a su domicilio, cuando al pasar por la casa de “EL GAVILAN” vio que este guardaba unos tenis dentro de una mochila por lo que al verlo le dijo que si el ayudaba toda vez que mantenían una amistad de varios meses donde en ocasiones se reunían para ingerir bebidas embriagantes.

Por lo que le dijo que si le ayudaba por lo que después de guardarlos el hoy finado le dijo que si le ayudaba a plantar unos árboles dentro de su predio y que le invitaba una cerveza, dirigiéndose a la tienda de Juan donde compró dos cervezas tipo caguama y se dirigieron al lugar donde plantarían los arboles, después de casi una hora Juna Macías le dijo que fueran por otras, por lo que volvieron a la tienda y le dijo al dueño que le fiara dos cervezas más que después se las pagaba, por lo que volvieron a meterse a la casa.

En determinado momento “EL GAVILAN” le dijo que iría al baño, momento que aprovechó el hoy detenido para introducirse al cuarto del hoy occiso y abrir algunos cajones con la finalidad de localizar un pagar que le había firmado meses atrás por un préstamo que Juan Macías le había hecho por la cantidad de $3000.00 pesos.

Continuando con su declaración el hoy detenido, aseguró que de manera repentina regreso Juan Macías quien le reclamó el porqué se había metió a su cuarto, contestando Francisco Ramón que solo era para cambiar el disco de la música que estaban escuchando, pero según su declaración el dueño de la casa se molestó tanto que le comenzó a reclamar y agarró el arma de fuego que tenía sobre la cama, aprovechado el momento Francisco Ramón para agarran un palo de madera y darle un golpe en la espalda; posteriormente se volvió a levantar Juan Macías y le apunto con la pistola por lo que se le abalanzó arrebatándole el arma y accionándola en una ocasión, observando como el dueño del predio caía al suelo en medio de un charco de sangre.

Posteriormente envolvió con las sabanas de la casa el cuerpo del finado lo arrastró hasta la entrada del cuarto observó que en una esquina del cuarto estaba una garrafa con gasolina, por lo que se la roció y le prendió fuego; después para simular que se había tratado de un robo, volteo el colchón de la cama, sacó algunas ropas así como una lámpara que colocó a un lado del cuerpo.

Se apoderó de la tarjeta de una tarjeta de debito que estaba en la mesa, la pistola y el teléfono celular, dándose a la fuga por la parte de atrás de la casa sin que nadie lo viera; se dirigió a su casa donde se metió a dormir; al día siguiente se fue a trabajar y en la tarde le dijo a su esposa que lo acompañara al centro de esta ciudad donde hizo algunas compras en una farmacia y una tienda de ropa tipo vaquera con la tarjeta del finado.

Regresó a su domicilio y se dirigió a un terreno baldío donde destruyó la tarjeta y fue regando los pedazos en la tierra, el arma de fuego la metió en un guante y lo enterró cerca de su domicilio; al celular le quitó el chip y lo tiró para colocarle otro y poder utilizarlo.

Con esta declaración el Agente del Ministerio Público integró la averiguación previa y consignó al CERESO Aguascalientes a Francisco Ramón Hernández Rodríguez, por el delito de homicidio doloso calificado con las agravantes de ventaja y traición, por lo que fue puesto a disposición del Juzgado Segundo de lo Penal, quien dictó el auto de formal prisión y dar con ello inicio a su proceso penal correspondiente.