Salpicón politicón

 

Nicolo Machiavelli Savonarola

Aguascalientes, Ags.- El jueves 23 de julio del año que nos cobija, leí en la prensa local una declaración del Senador Miguel Romo Medina de la que reproduciré en parte: (...) El vicecoordinador de la bancada del PRI en el Senado de la República, senador Miguel Romo Medina, dejó en claro que, el avance del dólar norteamericano obedece a factores externos (…) El dólar no avanza, lo que cae es el peso mexicano, señor Senador Romo.

Entre ayer jueves y hoy viernes las notas relevantes en prensa local y nacional se refieren al cacareo gubernamental de la disminución de la pobreza extrema o multidimensional, según un reporte del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval), que afirma que disminuyó de 9.8 a 9.5 por ciento entre 2012 y 2014, en tanto que la pobreza en general aumento de 45.5 por ciento de la población a 46.2% en 2014. En números absolutos significa que en México hay dos millones más de pobres que hace dos años, es decir que el crecimiento de esta núcleo de población pasó de 53.3 millones de compatriotas en el 2012 a 55.3 millones en 2014. Los habitantes en pobreza extrema pasaron de 11.5 millones en 2012 a 11.4 en 2014, significa que 100 mil personas pasaron de pobreza extrema a pobreza general.

Por otra parte los ingresos de la población entre 1992 y 2014 no han sufrido ningún cambio. El año pasado el 53.2% de los mexicanos, esto es, 63.5 millones tenían un ingreso inferior a la línea de bienestar, lo que supone no obtener lo suficiente para acceder a la canasta alimentaria, mientras que en 1992 la población en esta situación era de 53.1 por ciento. El punto más alto de población de pocos ingresos fue en 1996, cuando 69 por ciento de esas personas no podían adquirir la canasta alimentaria, según datos del Coneval. Lo cual nos indica que la escasez de dinero para acceder a la alimentación se contrajo de manera tenue para el sector más vulnerable. Sin embargo, este leve descenso afectó a la capa de población media, que es la que obtiene un poco más de recursos económicos para subsistir; conforme al indicador de pobreza que presentó el Coneval, este rubro fue el único que de los seis considerados aumentó en dos años, al pasar de 23.3 al 23.4%. No así en el 2014, año en el que había 28 millones de mexicanos con problemas para satisfacer sus requerimientos de alimentación en contraste con los 27.4 millones de 2012.

En suma, que el reporte del Coneval da luz para pensar en el fracaso de la política social instrumentada durante la presente administración, según testimonio de algunos expertos en la materia como José Luis de la Cruz profesor en el Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey, quien hizo énfasis en que estas cifras demuestran que el modelo económico y los programas sociales son ineficaces para solucionar este endémico problema. En ese mismo sentido se pronunció Genaro Aguilar Gutiérrez, académico de la Escuela Superior de Economía del Politécnico Nacional, quien dijo que los datos muestran que el problema de la pobreza y, sobre todo, de la pobreza extrema, son un problema estructural que tiene México y que las principales causas de este problema siguen ahí, pues no han sido atendidas con la política adecuada para su erradicación.

En la misma tesitura se pronunció Julio Boltvinik, investigador de El Colegio de México, quien afirma que ocho de cada 10 personas viven en la pobreza. Hay todavía un estrato en peores condiciones: la gente que vive en necesidad extrema. En estos dos años no han mostrado una disminución sensible: suman 11.4 millones de personas, 100 mil menos, de acuerdo con el secretario ejecutivo de Coneval. Ante esta evidencia es inevitable plantear dos preguntas: ¿Y la Cruzada Nacional contra el Hambre de Rosario Robles? ¿Sólo está sirviendo para captar votos? ¿Y las reformas del gobierno de Peña Nieto? Si nos atenemos a la realidad, con estas políticas cada día se están generando más pobres.

 

Por su parte Miguel Alonso Raya, coordinador del PRD en la Cámara de Diputados, comentó que la política de desarrollo social en México es la que hace crecer el número de pobres, en vez de disminuirlos.

 

Visión de expertos y visión de un político para entender con meridiana claridad la información económica que el Coneval reportó el día de ayer. Esta muestra del Coneval bien entendida es un indicador que deben pensar con seriedad y compromiso todos los políticos mexicanos de los tres niveles de gobierno a partir del presidente del país, los gobernadores de las entidades federativas y los ediles de los municipios, quienes se han empeñado en fortalecer la política económica para el primer círculo, es decir para la clase capitalista, olvidando por completo al grupo social más vulnerable. A todo esto habría que agregarle la errónea política de subastar el patrimonio de los mexicanos, como lo son lo energéticos, por fortuna, hasta ahora, sin el éxito pretendido.

De tal suerte que la pobreza persiste y persistirá, no obstante que desde hace años, el gobierno federal convino con los estados la creación de Institutos de Capacitación para el Trabajo, cuyas funciones y tareas se han venido fortaleciendo de manera paulatina con todo y que los gobernadores poca o nula atención les han prestado. Ignoro si lo saben o no, que estos institutos con una atención seria de su parte, son la parte sustantiva para reducir la lacerante y ancha franja de desigualdad social, que es el mal endémico que está pendiente de ser atendido, específicamente por los gobernadores en turno. En estas instituciones locales se le enseña a las personas a pescar y no a darles el pescado, como es la triste realidad a través de la política social de los tres niveles de gobierno.

En esos aparatos de enseñanza y capacitación, se cuenta con pocos programas elementales, y se pueden incrementar, particularmente en las disciplinas artísticas, para desarrollar la creatividad de las personas, o bien para que aprendan un oficio que les permita ser incluidos en la planta productiva, como mano de obra bien calificada conforme a los estándares que demanda la industria nacional, o incluso ser parte de ella a través de un micro, pequeño o mediano negocio.

Finalmente, los programas asistenciales, como se comenta líneas arriba, son todos de corte electorero o electoral que para el caso es lo mismo, como todo lo que hace el gobierno en los tres niveles, desde que toman posesión hasta que el otro llega, todo es electoral. Absolutamente todo.

Y para rematar citaré una frase que Don Juventino Castro y Castro que fue ministro de la Suprema Corte de la Nación, acuñó en su libro sobre el Artículo Ciento Cinco Constitucional. “Si bien no todo lo político es electoral, si todo lo electoral es político”.