Qué.es
Las emociones se arraigan en nuestro cerebro de un modo que es difícil de comprender, pero son ellas las que se adentran de un modo implícito, y casi mágico en nosotros mismos, en nuestra personalidad y nuestros deseos.
La atracción se basa en ocasiones en unas necesidades de las que no somos conscientes, en unas aspiraciones y unos deseos que, de pronto, aparecen definidos en un tipo de personas y no en otras. Pero, ¿qué activa estos procesos, qué hace que nuestro cerebro se fije en un tipo de persona y no en otra?
Porque nos atraemos físicamente
La física es la mitad de una relación y quizás sea en lo primero que muchas personas se fijan de la persona de la que se enamoran. Pensar en la parte del cuerpo que más nos gusta de nuestra pareja, si tiene los ojos bonitos, si su boca es perecta, si las manos con las que me toca están muy suaves, son características que destacamos de las personas que nos enamoramos. La atracción física hace que la pareja se una más y haya más pasión entre los enamorados.
Queremos conocer todo de su vida
Estamos en la fase de enamoramiento, aquella en la que nos interesa conocer detalles de su vida: que nos cuente qué hace en su tiempo libre, qué aficiones tiene, cómo es su familia, etc. En ocasiones, nos atraen personas que nos hacen sentir bien porque nos recuerdan, en algún aspecto, a nuestros progenitores. Algo así nos aporta seguridad y confianza. Sentimos atracción porque nos son familiares, y estar con ellas nos envuelve de una sensación de agradable afinidad. Si su situación nos agrada y compartimos casi el 100% de cosas que queremos hacer en la vida o situaciones familiares, esa persona acabará a nuestro lado porque crea un ambiente de estabilidad.
Porque nos gusta como besa y nos hace sentir únicas
¿Y si no me gusta cómo besa? Esa es la pregunta que nos hacemos cuando hemos conocido a un chico que nos gusta mucho. Y cuando llega el momento, qué nervios… ¿me gustará?. Pero si te gusta como besa te hará sentir única y especial. A las mujeres los besos nos atraen y son momentos de mucha complicidad. Las caricias hacen sentir a la otra persona que hay afecto. Se suben las feromonas y actúa el amor. Es una sensación única que si es correspondida hace felices a las parejas.
Porque nos sentimos seguras a su lado
La mujer por tradición biológica necesita sentirse protegida. Los animales protegen a sus hembras de cualquier peligro, pues lo mismo sucede con los seres humanos. A las féminas les usta sentirse queridas, cuidadas y mimadas porque esa sensación se traduce en seguridad, saber que tu pareja está pendiente de ti, te cuida y se preocupa hace ganar puntos. No es cuestión de inferioridad sino que los momentos en los que los detalles de hacer sentir a la otra persona que te están cuidando es motivo de enamoramiento. Cuando ocurre lo contrario, que se nota una despreocupación o falta de interés, surgen las dudas y no se procede a tener una relación.
Porque tenemos personalidades muy similares
La teoría de la correspondencia según los científicos a la hora de enamorarnos, pesa mucho el compartir experiencias similares, el haber pasado por las mismas cosas, el tener gustos y valores semejantes. Es un buen modo de elegir un compañero/a para nuestra vida donde todos esos aspectos, nos hacen más fácil y apasionante la existencia. Es otro tipo de afinidad muy enriquecedora. También se dice que los polos opuestos se atraen, pero eso debe ser para poco tiempo. Es importante compartir muchas cosas y momentos porque une a la pareja y hace que las conversaciones entre ellos sean más cómplices.
Lo admiramos
En ocasiones, la admiración por alguien se traduce en amor. Es esa persona que nos sirve de espejo, ahí donde vemos virtudes, aspiraciones o dimensiones que siempre hemos querido para nosotros y que, de algún modo no hemos alcanzado. Sería aquí por ejemplo donde aparecen las atracciones con personas que son muy diferentes a nosotros mismos: en ocasiones nos atraen personas seguras de sí mismas, extrovertidas y emprendedoras, mientras nosotros, somos más inseguros y algo tímidos. Los polos opuestos se atraen porque en el fondo, se complementan y llenan las necesidades de cada uno.
Porque no podemos quitarle los ojos de encima
Ya estás muy enamorada, no puedes parar de mirarle, le ves cada día más guapo y aunque se ponga la horrorosa camisa que su madre le regaló en día de Reyes, no podremos quitarle los ojos de encima. Te encanta observar qué hace, cómo se comporta, es una actitud propia de alguien que está enamorado. Es pura complicidad.A veces somos incluso pesados y lanzamos piropos esmesurados, pero es esa adrenalina que se ha generado en nosotros y que hace que veamos a la otra persona como perfecta. Es el sentimiento del amor.
Queremos pasar tiempo con él
Esto es el profundo sentimiento de unión con el enamorado, es el “juntos por siempre”. En esta última etapa, el sistema nervioso libera dos hormonas fundamentales que determinan el apego a la pareja y se cree que estas desempeñan un rol muy importante en lo que refiere a los aspectos sociales y los modos de vida en grupo. Ellas son la oxitocina y la vasopresina. La oxitocina es liberada por la glándula del hipotálamo durante el parto y también ayuda en la leche materna, colaborando a consolidar el fuerte vínculo entre la madre y el niño. Por otra parte, también se libera (en ambos sexos) durante el orgasmo y se cree que cuanto más relaciones sexuales tiene una pareja, más profundo es su vínculo.
Porque sentimos que contamos con él para lo que sea
En esta etapa del amor, empiezan a destacar aspectos más psicológicos del proceso, como la negociación de roles dentro de la pareja, la solución de los primeros conflictos, el aumento del compromiso de lealtad y la exclusividad como pareja. ¿Quiere decir esto que no existe pasión sexual? Sí existe pero deja de ser lo primordial porque importa más el afecto, dejando paso a unasemociones mucho más relajadas, de satisfacción y bienestar, gracias a la segregación de endorfinas y encefalinas. Producen una gran sensación de felicidad lo que hace que la adicción al amor se mantenga. Ahora es nuestro amigo, compañero, esa persona con la que podemos contar para lo que sea.
Y nos encanta tener en quien pensar
Estar en las nubes es sinónimo de estar enamorado. Cuando se produce ese sentimiento de amor, las personas estamos más distraídas, no estamos a lo que tenemos que estar, el tiempo se nos pasa volando y siempre estamos pensando cuándo será la próxima vez que volveremos a ver a nuestro amado/a. La cabeza se ocupa en la otra persona y parece que los problemas ya tienen menos sentido. Es el enamoramiento que hace que tengamos en quien pensar. Ya no vale eso de no tengo tiempo para nada porque para el pensamiento no ocupa lugar.
Estar enamorado es una sensación que sólo las personas que lo han sentido o sienten pueden explicar. Ya conocer las razones por las que surge ese sentimiento. Bajar de las nubes sólo es cuestión de tiempo.