Gilberto Valadez
Aguascalientes, Ags.- La noche del 12 de julio de 1978 se registró el partido más recordado en la historia del diamante Alberto Romo Chávez: el parque de béisbol local y que, según las crónicas de la época, estaba lleno en su capacidad para poco más de siete mil asistentes.
En aquella fecha, Horacio Piña, lanzador estelar de los Rieleros de Aguascalientes, venció a los Diablos Rojos del México en un partido del campeonato de la Liga Mexicana de Beisbol. Sin embargo, no era un encuentro más. Se trató de un juego perfecto.
A lo largo de nueve entradas, Piña retiró en fila a los 27 rivales del equipo escarlata, que tenía entre sus filas a peloteros como Antonio Villaescusa, Abelardo Vega, Nelsón Barrera y Sergio Robles. El llamado Ejote sumó ocho ponches y retiró a otra decena de enemigos con rolas al cuadro.
Hasta entonces, el único juego perfecto de nueve entradas que se había registrado en Liga Mexicana procedía 25 años antes, cuando en el Parque Delta, de la Ciudad de México, a cargo del pitcher potosino Ramiro Cuevas.
Horacio Piña venía de triunfar en Grandes Ligas, conquistando la Serie Mundial de 1973 con los Atléticos de Oakland, pero esa noche de hace 45 años terminaría de ganarse a la afición de Aguascalientes.
La llamada noche perfecta del Romo Chávez motivó luego a todo el cuadro de Aguascalientes, integrado por peloteros como Francisco ‘Chico’ Rodríguez, Gonzalo Villalobos y Clemente Rosas, que llevaron a la Máquina hasta el campeonato de la temporada de 1978.
A la fecha, sigue siendo el único banderín hasta el momento que ha ganado Aguascalientes en el beisbol profesional.