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Suiza.- La policía volvió a interrumpir una reunión del Comité Ejecutivo en Zúrich, lugar en el que detuvo a siete funcionarios en mayo.
El fútbol latinoamericano recibió otro golpe fuera de la cancha con la detención de sus dos máximos dirigentes acusados de corupcción.
El paraguayo Juan Ángel Napout, presidentes de la Confederación Sudamericana de Fútbol (Conmebol), el hondureño Alfredo Hawit Banegas, presidente interino de la Confederación de Norteamérica, Centroamérica y el Caribe de Fútbol (Concacaf), fueron arrestados este jueves por las autoridades en Suiza durante una redada en un hotel en Zúrich.
Ambos dirigentes, vicepresidentes de la FIFA, son sospechosos de aceptar millones de dólares en sobornos por la venta de los derechos de comercialización en conexión con torneos de fútbol en América Latina, así como de las eliminatorias a la Copa del Mundo.
El paraguayo Juan Ángel Napout es el tercer presidente de la Conmebol en ser detenido tras los arrestos de su compatriota, Nicolás Leoz, y del uruguayo Eugenio Figueredo.
El actual presidente de la Conmebol ha vivido ligado al mundo del fútbol, siempre como dirigente. Tras ser testigo de una de las épocas más doradas del club Cerro Porteño y ser responsable de la selección paraguaya que fue protagonista en los mundiales de fútbol desde 1998 hasta 2010, Napout fue presidente de la Asociación Paraguaya de Fútbol en 2007 y en 2013 asumió la presidencia del organismo del continente sudamericano. En 2014 fue elegido presidente como sucesor de su compatriota Nicolás Leoz y tras el breve paso del uruguayo Eugenio Figueredo, ambos detenidos por la FIFA en mayo.
El hondureño Alfredo Hawit durante el 65º congreso de la FIFA en mayo, junto a Sepp Blatter y Michel Platini.
Hawit Banegas logró debutar como jugador profesional antes de iniciar su carrera como dirigente en la Federación Nacional Autónoma de Fútbol de Honduras. Formó parte del organigrama de la Concacaf bajo mandato de Jack Warner y ha asumido dos veces como presidente interino del organismo, en ambos casos tras la salida y vinculación de los presidentes elegidos en casos de corrupción, Lisle Austin, en 2011, y Jeffrey Webb, a raíz del escándalo de la FIFA de este año.
Tanto Napout como Hawit se opusieron a ser extraditados a Estados Unidos y permanecerán detenidos a la espera de que ese país envíe una solicitud oficial de extradición.
Estas demandas deben ser presentadas en un plazo de 40 días, tal y como establece el tratado de extradición en vigor entre Estados Unidos y Suiza.
El Comité Ejecutivo de la FIFA llevaba a cabo dos días de reuniones para hablar sobre las reformas propuestas al organismo.
La policía irrumpió en el lujoso hotel Baur au Lac, el mismo lugar en el que fueron detenidos varios funcionarios de la FIFA en mayo, y escoltó a dos dirigentes que participaban en la reunión del Comité Ejecutivo en la que se aprobaron una serie de reformas para cambiar drásticamente los estatutos del organismo.
“La FIFA está al tanto de las acciones tomadas por el Departamento de Justicia de Estados Unidos”, informó el propio organismo.
“FIFA seguirá cooperando con la investigación estadounidense como lo permite la ley suiza, así como con la investigación liderada por la oficina del Fiscal General en Suiza”.
Según el enviado de la BBC a Zúrich, Richard Conway, “las autoridades aprovecharon una cumbre de la FIFA para actuar”.
“Tengo entendido que sigue funcionando normalmente, pero que habrá énfasis en que la FIFA es la víctima en todo esto, que es la víctima de acciones tomadas por individuos y por las que la FIFA está siendo afectada”.
Las autoridades en Suiza informaron que las dos personas están bajo custodia por solicitud de la justicia estadounidense.
En mayo, la Fiscalía de EE.UU. hizo pública una investigación donde acusó formalmente a 14 personas –nueve autoridades de la FIFA y cinco empresarios o ejecutivos- de haber recibido o pactado sobornos por unos US$150 millones a cambio de derechos de transmisión, publicidad y patrocinio de torneos de fútbol y adjudicar sedes de campeonatos.
Entre los funcionarios detenidos estuvieron el entonces presidente de la Concacaf, Jeffrey Webb, los expresidentes de la Conmebol, el paraguayo Nicolás Leoz y el uruguayo Eugenio Figueredo, el expresidente de la Federación Brasileña de Fútbol, Jose Maria Marin, y representantes del fútbol en Costa Rica, Eduardo Li, Nicaragua, Julio Rocha y Venezuela, Rafael Esquivel.
Otros dirigentes latinoamericanos también han sido vinculados con el escándalo de corrupción como el expresidente de la Asociación de Fútbol de Chile, Sergio Jadue, y el presidente de la Federación Boliviana de Fútbol, Carlos Chávez.