El Clarinetero
Aguascalientes, Ags.- La victoria siempre tendrá muchos padres y madres, pero la derrota usualmente es huérfana, nadie quiere que le cuelguen esa medalla.
En los resultados recientes donde el PRI sufrió un nuevo revés, hay muchos hijos de la derrota y aunque no lo quieran asumir ya lo llevan en su curriculum.
Entre los que se salen a la vista por parte del PRI y del PVEM, se puede comenzar a citar a la gente del grupo de Lorena Martínez, es decir, Enrique Juárez, quien en junio pasado quedo a deber y su orgullo debe estar lastimado al no poder sacar adelante siquiera su distrito.
Otro más es Luis Fernando Muñoz, lo mismo que Isidoro Armendáriz y sigue la lista con los “ocultos“, Roberto Tavares, Citlali Rodríguez, Roberto Padilla, Pedro Delgado y alguno que otro más por ahí que ahora escapa a la memoria de éste tecleador.
En el PVEM que fue en alianza con el PRI asoman también varios, entre ellos el dirigente estatal, Gilberto Gutiérrez, Anayeli Muñoz la diputada local, lo mismo que el líder moral del Verde Ecologista, Sergio Augusto López, que simplemente no pudieron cumplir su tarea y también tienen la marca de esta nueva adversidad.
Viene el 2016 un año por demás toral para el proyecto de MamaLo (mamá Lorena) para los que no conocían ese mote, y sí los operadores no se ponen las pilas o mejor aún reconocen que no pueden con el paquete, y sugieren traer pesos completos para tales labores, el resultado que se avecina no es otro que una nueva y rotunda derrota.
Ahora llegan tiempos de paz y armonía, los mismos que deben servir para hacer introspecciones, y mirarse desnudos frente al espejo y ver sí cuentan con las armas intelectuales, más allá de las materiales para enfrentar la que parece será una labor titánica hasta ahora, porque en los últimos 5 años la victoria parece que no quiere saber nada de los tricolores y sus aliados.
Las próximas tres semanas deberán servir para dejar la soberbia de lado, para mandar al buzón del olvido el ser presuntuosos y quitarse de sus vidas el orgullo de creerse algo que finalmente no lo son, porque la vida es de resultados y esos no los tienen.
Algo se ha hecho mal en los búnkers del PRI y sus amigos, porque la realidad es cruel y los abofetea cuando se equivocan, pero lo peor es que los seguirá golpeando donde más les duela sí es que no recomponen, ajustan y aprietan tuercas, porque otra la rueda de la fortuna les dará la oportunidad de demostrar que ya no quieren seguir siendo hijos de la derrota a menos que ya se encuentren cómodos en ese sitio.
Del resto de los priístas “operadores“ de otros grupos para qué hablar, sí el resultado del domingo y el del 7 de junio pasado les pega por igual, hayan o no bajado brazos, hayan o no traicionado y hayan o no jugado con dios y con el diablo.