Redacción
Está por iniciar el 2016 y es la mejor oportunidad para activar tu planificación financiera. Considerando que el primer paso para tener éxito en esa área es fijar objetivos claros. Piensa entonces en lo siguiente: ¿Qué tal si comienzas desde ahora mismo con tu proyecto Rusia 2018?
Te invitamos a imaginarte de aquí a exactamente dos años. ¿Qué deseas lograr en ese momento?
Puedes desear ir a la Copa Mundial en Rusia, y basta con comenzar a ahorrar desde ahora, buscando inversiones que se adapten a tu perfil y te garanticen rentabilidad. Con ello, al final de ese periodo, evitaras sorprenderte con que los precios subieron demasiado y con que no consideraste el efecto de la inflación en tu plan.
Puedes aprovechar la época para vacacionar, acompañar a tu selección en todos los juegos, etc. Incluso, si no te gusta el fútbol, puedes aprovechar el momento para realizar un viaje al exterior con tu familia o pareja. ¿Qué te parece?
¿Sueñas con un nuevo empleo o con una promoción en la compañía en la que actualmente trabajas? ¡El consejo es invertir en ti! Organiza tus cuentas, analiza tu rutina y planea alternativas para mejorar tu carrera (otro idioma, un posgrado, un curso en el exterior, etc.).
Concretar el sueño de la casa propia, costear la carrera de un hijo e, incluso, el pago de la universidad. ¡Sobran sueños! Para esos y muchos otros que sin duda imaginaste, es necesario tener disciplina, determinación y planificación financiera. Sé realista y objetivo a la hora de definir tus metas, partiendo de los siguientes básicos:
Específicas: Las metas inteligentes son específicas y suficientes para entrar en acción.
Medibles: Es importante cuantificar el valor de tu meta, lo que significa estar absolutamente consciente de lo que vas a necesitar para alcanzar tu objetivo.
Alcanzables: Tu meta debe ser razonable y viable.
Relevantes: La meta debe encajar en tus necesidades reales.
Previsibles: Establece una fecha-objetivo.
¿Y… dónde invertir?
Todo depende de tu perfil; sin embargo, el consejo es que la mayor parte del dinero esté colocado en instrumentos más conservadoras (renta fija), como pueden ser los títulos públicos. Una parte menor de la cartera de inversiones, aproximadamente un 10%, puede estar colocada en renta variable.
Vale la pena recordar lo siguiente:
Incluso en la renta fija existe la posibilidad de pérdidas.
Las modalidades conservadoras tienden a ofrecer una rentabilidad menor.
En caso de preferir guardar tu dinero en ahorros, sé consciente del efecto de la inflación que puede obstaculizar tus planes. Es decir, un viaje que planificas hoy en dos años puede costar mucho más de la rentabilidad que lograron tus ahorros. Infórmate, planifica y… ¡cumple tus sueños!