Apunte Digital
Cd. de México- Los espolones son protuberancias diminutas formadas por depósitos de calcio que se pueden desarrollar cerca de la base del hueso del talón. Pueden surgir por haber hecho de forma repetitiva ciertas actividades, como bailar o correr, o pueden formarse en asociación con la fascitis plantar, la cual es una inflamación del ligamento (fascia plantar) en la planta del pie.
Cuando el fascia plantar está tenso y empuja el hueso del talón, el hueso libera calcio para intentar sanarse por sí mismo. Los depósitos de calcio acumulados a veces pueden formar espolones.
Si sientes dolor en la planta del pie cerca del talón, después de hacer algún ejercicio o alguna actividad, al empezar el día o después de estar un largo rato sentado, entonces podrías tener espolones.
Los espolones no tienen una cura mágica, pero puedes hacer algunas cosas para aliviar el dolor y finalmente librarte de ellos.
Método 1 de 4: Tratar los espolones en casa
Coloca una bolsa de hielo en el talón durante 10 a 15 minutos por lo menos 2 veces al día. Puedes intentar hacer rodar tu pie sobre una lata helada o una botella si los espolones están acompañados de fascitis plantar.
Toma algún medicamento para aliviar el dolor. Prueba con paracetamol o ibuprofeno.
Descansa. Necesitas estar en casa para que descanse tu adolorido pie lo más que puedas. Por lo menos 1 semana.
Piensa en las posibles causas del problema mientras descansas y piensas en cómo hacer más cambios. Algunas acciones que pueden contribuir a la formación de espolones son:
Correr a menudo o correr en superficies duras como el cemento o el asfalto.
Músculos de los gemelos tensos.
Calzado con poca amortiguación
Deja a un lado tus actividades. En muchos casos, surge mucho dolor al realizar ejercicios rutinarios extenuantes. Esto hace que se cree una presión o impacto en el talón. Escucha a tu cuerpo y haz diferentes actividades como nadar, montar a caballo o ir en bicicleta hasta que el dolor desaparezca.
Férula nocturna o tablilla nocturna. Las tablillas estirarán tu fascia plantar mientras duermes, por ejemplo, puedes llevar puesto un aparato que consiste en una forma de “L” en una férula o tablilla de fibra de vidrio. Envuélvelo haciendo un vendaje alrededor de esta para mantenerlo en su sitio mientras duermes.
Haz algunos ejercicios. Los ejercicios que estiran y alargan la fascia plantar pueden ser muy prácticos para los espolones. Intenta alguno de los siguientes ejercicios:
Estiramiento de gemelos: apoya tus manos en una pared. Coloca un pie detrás de ti con tu rodilla recta y coloca el otro pie enfrente de ti con la otra rodilla inclinada. Empuja tus caderas hacia la pared y mantén el estiramiento durante 10 segundos. Sentirás un tironcito en los gemelos. Repite el estiramiento 20 veces para cada pie.
Estiramiento de la fascia plantar: realiza este ejercicio en la mañana antes de caminar o ponerte de pie. Cruza tu pie herido por encima de la rodilla de tu otra pierna. Agarra los dedos de los pies y con cuidado empújalos hacia ti. Si no puedes alcanzar todos los dedos de los pies, entonces envuélvelos en una toalla y tira de ellos. Mantén este estiramiento durante 10 segundos y repítelo 20 veces con cada pie.
Método 2 de 4: Mejorar tu calzado
Elige un calzado nuevo que sea de la talla adecuada: ¿Te has medido los pies cuando vas a la zapatería o tratas de adivinar la talla? Pruébate los zapatos al final del día o después de trabajar, cuando los pies están más grandes o hinchados. Así te asegurarás de que te queden bien. Lleva puesto el mismo tipo de calcetín o media que llevarías normalmente con el tipo de zapatos que te vas a probar.
Camina un poco antes de comprar el calzado: Antes de comprarlo, haz lo siguiente:
Quita los cordones y vuelve a ponerlos si vas a probarte calzado deportivo. Comienza con los agujeros más lejanos y aprieta los cordones según te vayas acercando a la lengüeta del zapato.
Asegúrate de poder mover los dedos con libertad dentro de los zapatos. Asegúrate también de tener suficiente espacio entre el dedo más alto y el final del zapato. Deberás tener el mismo espacio entre la anchura de tu dedo pulgar y la punta del zapato.
Camina alrededor para estar seguro de que el zapato se agarre firmemente a tu talón sin deslizarse hacia arriba o hacia abajo.
Camina o corre un poco para asegurarte de que los zapatos sean cómodos. Los zapatos que quedan bien no necesitan un tiempo para adaptarse.
Usa aparatos ortopédicos: Puedes comprarlos en la tienda directamente sin receta médica o puedes conseguirlos a tu medida en tiendas de productos ortopédicos especializadas, o pregunta a un podólogo. Prueba una de los siguientes opciones:
Taloneras: estos aparatos sirven para alinear los huesos del pie y para proteger el talón. Comprueba que no te salgan ampollas cuando uses las taloneras por primera vez. Los pies podrían sudar más usando una de estas, así que cámbiate de calcetines y de zapatos a menudo.
Plantillas de zapato: puedes comprar unas plantillas normales en cualquier almacén, pero si las compras en una tienda que venda calzado de atletismo te irá mucho mejor. Si las plantillas te ayudan pero aún te cuesta un poco de trabajo, podrías llevarlas a un podólogo para que las adapte como lo necesitas.
Productos ortopédicos personalizados: un podólogo puede hacer un molde de tus pies y así proporcionarte algo ortopédico personalizado. Será más costoso, pero estarán hechos de materiales especialmente diseñados para tus necesidades y pueden durar hasta 5 años si el podólogo los revisa cada 1 a 2 años.
Plantillas dinámicas: la falta de elasticidad en la fascia plantar en el pie es para la mayoría de la gente el verdadero problema. Si hay poca elasticidad en los tendones longitudinales en el pie (fascia plantar) en relación con el estado general de una persona, solo se requiere un pequeño esfuerzo adicional para que el tirón en los tendones dañe los tejidos que conectan los tendones al hueso del talón. Esto generará una afección inflamatoria llamada “fascitis plantar”.
El dolor asociado con la fascitis plantar normalmente se percibe desde el calcáneo (hueso del talón) hasta la parte delantera del pie. Sin embargo, es probable que también haya dolor en la almohadilla del talón, a lo largo del pie, en la parte delante del pie y hasta el tendón de Aquiles. La terapia de ondas de agua es la única terapia que trabaja activamente para solucionar el problema del talón. Con esta terapia, se ejercitan los tendones del pie hasta que obtienen la elasticidad necesaria. Al mismo tiempo, alivia el dolor del talón, porque emplea un sistema muy especial a base de agua que absorbe los golpes y alivia la presión dinámica.
Método 3 de 4: Tratamientos médicos
Pregúntale a tu doctor acerca de las inyecciones para aliviar el dolor. Él podría inyectarte corticosteroides junto a una anestesia local como xilocaína. Algunos doctores podrían inyectar botox dentro del pie para relajar la fascitis plantar.
Prueba la terapia de ondas de shock extracorporal. (ESWT). Esta terapia usa ondas sonoras para daños leves en el tejido óseo del talón, que podrían ser la causa del dolor y así curarlo.
Sométete a una cirugía si los demás tratamientos no funcionan. Antes de someterte a una, los doctores normalmente dan tratamientos que se pueden hacer en casa y te pedirán que uses un calzado que te ayude a mejorar durante un año para ver si funciona. Si nada alivia el dolor, entonces deberás conocer las diferentes opciones que hay con la cirugía:
Fasciotomía plantar del empeine: los médicos quitan parte de la fascia plantar para aliviar la presión en el nervio del pie.
Endoscopia: esta cirugía tiene la misma función que la fasciotomía plantar del empeine, pero se hacen pequeña incisiones, así que la recuperación es muy rápida. Sin embargo, la endoscopia tiene un alto porcentaje de dañar algún nervio, así que piénsalo antes si decides hacerlo.
Prepárate para usar una escayola detrás de la rodilla para aliviar el dolor de la cirugía y para acelerar el proceso de recuperación. Estas escayolas, o “botas”, normalmente funcionan mucho mejor que las muletas, así que la recuperación es más rápida.
Método 4 de 4: Corregir con una clavija
Ve a una ferretería. Compra una clavija de 150 mm de longitud por 20 mm de diámetro o tal vez encontrarás una clavija ya lista en la misma dimensión.
Párate apoyándote contra un banco con la zona dolorida presionado fuertemente hacia abajo la clavija. Ruédalo hacia atrás y hacia adelante en el área. El dolor es muy fuerte al principio, pero se vuelve menos a medida que continúas.
Repítelo varias veces al día o si estás en un escritorio, desliza tu zapato y continúa durante todo el día. No experimentarás ningún dolor después de varios días.
Continúa hasta que el talón ya no te duela al caminar.
Es posible que tengas que repetir el procedimiento en algún momento en el caso de que sea incómodo.