Francisco Espinosa
Aguascalientes, Ags.- A la par de los adornos navideños y la dinámica rutinaria de cientos de trabajadores, la zona centro de la ciudad de Aguascalientes dibuja un panorama difícil de omitir. Entre el bullicio del caminar a prisa y de los coches, canciones mal entonadas por personas de escasos recursos se mezclan en el ambiente. Con una guitarra, micrófono y un bote pequeño, algunos piden limosna tratando de subsistir el día a día basándose en la caridad de las personas. Otros, limitados por sus fuerzas o carentes de entonación vocal, simplemente se limitan a sentarse estirando la mano.
Esta mañana, el obispo José María de la Torre, obispo de Aguascalientes, en medio de la euforia y los preparativos para la próxima venida del papa Francisco a México, se refirió a esta constante preocupante de personas pidiendo limosna, no solo en las calles o plazas, sino en los cruceros vehiculares. “Debemos de fortalecer las respuestas institucionales, no las ocasionales ni espontáneas como darle bolo a un chiquillo que está abajo de un puente”, declaró al respecto de estas personas –en su mayoría de la tercera edad y discapacitados-, que luchan día tras día por subsistir.
“Una vez dijeron que yo prohibía que dieran limosna a los pobres”, recordó molesto para luego rechazar esa afirmación. Aprovechó para felicitar, sobre todo, a las iniciativas de la sociedad civil, “y no solo las de gobierno para resolver esta miseria.” Reiteró la importancia de que tanto la ciudadanía, como autoridades e iglesia estén unidas, “porque solo así podremos mejorar las cosas.”
Aprovechó para rechazar tajantemente a aquellos “vivos que aparentan ser pobres para aprovecharse de la buena fe de la gente.” Recalcó la invitación para todos se involucren y se comprometan mucho más. Y si bien felicitó al gobierno por los albergues para los desamparados, los cuales “ya vi en una foto que cuentan con colchonetas y cobijas para que no duerman en la calle, es necesario hacer mucho más.”