Denuncia Ciudadana
Aguascalientes, Ags.- A través de esta carta quiero externar mi inconformidad con el servicio prestado por trabajadores del área de urgencias del Hospital General de Zona No. 2 del IMSS, los cuáles lejos de proporcionar un servicio de calidez y calidad desempeñan su labor con prepotencia y de una manera indigna para los derechohabientes.
Fue alrededor de las 3 de la tarde del viernes cuando acudimos el que ahora escribe y mi mamá al área de Urgencias luego de que había sido diagnosticada en una clínica particular con un posible cuadro de gastritis o apendicitis, por lo cual requería atención rápida para descartar mayores riesgos ya que para entonces también registraba una presión alta, de 144.
Ahí el encargado del área de Triage la colocó en un grado color verde, es decir con una estancia de entre 2 y 3 horas para que pudiera ser atendida. Sin embargo, al ser pasadas las 7 de la tarde, y con cerca de 4 horas de espera, decidí preguntar a una de las encargadas del área de Control de Urgencias, de una edad no menor de 40 años, de cabello castaño y de piel morena clara, en cuánto tiempo más podría ser atendida mi familiar, a lo que tajantemente me dijo que no sabía, sin media mayor palabra, e incluso cerrándome la ventanilla en la cara.
Situación similar ocurrió con el responsable de Triage, quien tampoco nos dio detalles, incluso se llevó el dedo a la boca en señal de que no quería decir palabra. A pesar de que durante ese tiempo apreciamos a personas que ingresaban antes que nosotros sin tener un padecimiento grave aparente.
Por lo anterior, decidimos acudir con la Trabajadora Social para preguntar el procedimiento para interponer una queja contra los malos trabajadores, procediendo a entregarnos un formato para llenar con datos de las personas a reportar.
Ahí se incluía el apartado para el nombre de la persona, por lo que fuimos a preguntar el nombre de ambos trabajadores, ya que no portaban su identificación de manera visible, o la tenían puesta al revés, negándose a proporcionar el nombre y nuevamente volvieron a cerrarme la ventanilla.
Tras lo anterior, los guardias de seguridad privada del área intentaron sacarme a la fuerza por motivos inexplicables ya que si existen dichos formatos es nuestro derecho interponer una queja y que ésta sea escuchada por las autoridades para mejorar el servicio. (Aquí se observa en el video)
Finalmente y después de mucho dialogar, accedieron a tomar mi queja en la Coordinación del hospital, pero sin proporcionarme el nombre de los trabajadores, únicamente con sus señas particulares.
Tras lo anterior, esperábamos que el servicio mejorara y que se atendiera a mi familiar, ya que para entonces (cerca de las 8 de la noche) ya había aumentado su presión a 147/81 (además padece hipertensión y en ese lapso no se le había colocado ningún medicamento para que le bajara la presión). Además ya presentaba fiebre, con 37°. Su estado de salud había empeorado considerablemente, pues ya no podía siquiera ponerse en pie.
En un caso similar se encontraba una pareja de adultos mayores, que desde las 3 de la tarde se encontraban esperando la atención médica, por un problema de salud que requería también de atención inmediata y que hasta entonces, tampoco había sido consultado. De hecho, minutos antes del incidente conmigo estuvo a punto de llegar a los golpes con el encargo de Triage.
Cansados de la espera y del mal trato recibido, decidimos irnos a otra clínica particular, pues la salud de mi familiar empeoraba, por lo que solicitamos la hoja de diagnóstico que le habíamos entregado a la encargada de Control de Urgencias, negándose a entregárnosla porque no había doctor en ese momento.
Ya sobre las 9:00 de la noche decidimos irnos del lugar, dejando la hoja a pesar de que tuviéramos que acudir nuevamente a un médico familiar para que le volviera a dar un diagnóstico, es decir, empezar nuevamente, gastar más tiempo y dinero en algo que ya se había hecho 6 horas antes.
Por lo anterior, hago un exhorto al delegado del IMSS, Diego Martínez Parra, a que mejore el servicio prestado en dicha área, así como en el resto de unidades médicas, donde las áreas de urgencias se han vuelto un problema insostenible y donde seguramente mi familiar y yo no somos los únicos derechohabientes afectados.
(La señora que está sentada en el piso no es mi mamá, pero es otra señora que estaba esperando porque ya no había sillas y no la atendían y la que trae la bata es la de control de urgencias que no nos quiso atender)
Atentamente Alejandro Romo
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