Enrique Bustillos/Diario Impacto
Ciudad de México.- Por si alguien tenía duda de la hermandad de Emilio Gamboa y Manlio, ahora sabe que los unen lazos que nada puede romper; de otra manera no se entendería que el líder nacional del PRI ponga en Aguascalientes en riesgo sus posibilidades de ser candidato a la Presidencia.
Con los peores augurios, la exprocuradora, Lorena Martínez ya es candidata, desde el viernes, a suceder a Carlos Lozano en la gubernatura; en su postulación nada tuvieron que ver encuestas, cuota de género, méritos, militancia, etcétera, sino la fuerza que ante el Presidente Peña Nieto y el dirigente nacional priísta tiene el coordinador de los senadores priístas, Emilio Gamboa.
Hace mucho que Gamboa la presenta como su hermana, y cualquiera sabe que su hermano es Manlio Fabio Beltrones. “Hermanito” dice cuando se refiere a él.
Lo de los peores augurios no se debe a que la exprocuradora Martínez, carezca de méritos, oficio y derecho, sino a la precaria situación electoral del PRI en la entidad. Algo ocurrió durante el mandato de Lozano que el PAN tomó el control de los principales municipios, la capital: Aguascalientes, Calvillo y Jesús María, pero el PRI perdió también los ayuntamientos de El Llano, San José de Gracia, Rincón de Romos y Asiento. Para decirlo de otra manera, sólo 3 de 11 municipios, Cosío, Tepezala y San Francisco de los Romos, gobierna el PRI, en alianza con el Verde.
Algo raro ocurrió en las elecciones de 2013 porque mientras el PRI perdía los ayuntamientos, ganaba, en alianza con el Verde, 11 de las 18 diputaciones locales de mayoría.
Así que fácil no la tendrá la exalcaldesa como no la tendría cualquier otro que hubiese conquistado la candidatura. De hecho, quienes se dicen enterados dan por sentado que el PRI será derrotado.
Es probable que esta predicción no sea tan certera porque nadie imagina a Gamboa y Beltrones hipotecando el futuro sólo para satisfacer las aspiraciones de la exprocuradora Martínez, unida a Emilio por una profunda amistad.
Más aún, Gamboa juega algo más en Aguascalientes, porque los responsables de la derrota priísta en Nuevo León se la han cargado a él, ya que se da por cierto que fue quien impuso la candidatura de la también senadora Ivonne Álvarez.
Por otro lado, Carlos Lozano es uno de los grandes amigos de Beltrones, con quien coincidió en el Senado en el sexenio de Vicente Fox; de hecho, Lozano debe, en mucho, a Beltrones su candidatura a gobernador.
El caso Aguascalientes es digno de un examen más profundo.
Por ejemplo, el destape de Humberto Moreira a líder nacional del PRI tomó por sorpresa en Italia a quien quería y merecía la oficina de Beatriz Paredes, Emilio Gamboa. Regresó de inmediato a México sólo para enterarse de que el promotor más entusiasta del gobernador de Coahuila era su colega de Aguascalientes, Carlos Lozano.
¿Cómo entender que Lozano, a quien identificaban con Beltrones, fuera el promovente de Moreira si una de las condiciones para que Manlio consiguiera la candidatura del PRI a la Presidencia era que Emilio supliese a Beatriz?, pero esto es historia y, en todo caso, acotación al margen; lo cierto es que, conforme a la geografía política de la entidad, Lozano no garantiza la operación electoral a Lorena, Manlio y Emilio.
¿Por qué, entonces, si Manlio no puede darse el lujo de perder gubernaturas que están en poder del PRI comprometió su futuro con la candidatura de la exprocuradora?
¿No habría sido mejor dejar solo al gobernador Lozano con la responsabilidad?
La situación de Aguascalientes pinta de cuerpo completo a Manlio y Emilio: Van por el triunfo a pesar de las circunstancias desalentadoras, y eso habla bien de ambos.