Redacción
Ciudad de México.- De acuerdo con datos de la organización FanMéxico y EuroMonitor International, México es el principal consumidor de agua embotellada en el mundo. En 2014 cada mexicano tomó 163.5 litros.
Ocho de cada 10 mexicanos consumen agua embotellada debido a que no confían en la que proviene del grifo, detalla Euromonitor.
Esto ha intensificado la batalla de las empresas. En 2014 siete de cada diez litros del producto fueron vendidos por Danone, Coca-Cola FEMSA y PepsiCo, pero la preferencia de los consumidores es clara:
El costo acumulado es lo que llama más la atención. Según reporta The Guardian, el agua embotellada puede costar entre 500 y 1,000 veces más que el agua de grifo.
No hay evidencia de que sea mejor para la salud y, de hecho, puede ser menos segura que el agua del grifo. Dos terceras partes de agua de la llave provienen de las aguas superficiales (embalses, lagos, ríos) y el resto de las aguas subterráneas (formaciones geológicas subterráneas que almacenan agua de lluvia). Está sujeto a estrictas normas de tratamiento —asegura el profesor Paul Younger, hidrogeoquímico— esto hace que sea más segura que el agua embotellada” precisa el medio británico.
La falta de confianza en el agua de grifo ha dado un impulso a la industria del líquido embotellado en el país (y en muchas otras partes del mundo).
De acuerdo con un estudio de la UNAM titulado ‘Apropiación de agua, medio ambiente y obesidad. Los impactos del negocio de bebidas embotelladas en México’, la compra de agua embotellada representa en México un costo promedio mensual de 135 pesos, que se suman al costo promedio mensual del agua de la llave que es de 221 pesos, lo que da un gasto mensual en agua de 356 pesos.
Según datos del Banco Mundial, la industria del agua embotellada pasó de un mercado de 1,000 millones de litros en 1970 a comercializar 84,000 millones de litros en todo el mundo para el 2000.
José Joel Carrillo Rivera, académico del Instituto de Geografía de la UNAM, ha criticado los altos precios del agua embotellada, argumentando que sólo le quitan la sal y lo venden en un precio que no lo vale.
El agua potable se puede consumir perfectamente, es bebible, lo importante, es lavar los tinacos y las cisternas, cuando menos dos veces al año”, asegura.
Pero la conveniencia por la sustancia embotellada tiene gran relevancia para los consumidores a pesar de que se ha convertido en una fuga de ingresos importante.
La Comisión Nacional para la Protección y Defensa de los Usuarios de Servicios Financieros (Condusef) recomienda a la población sustituir el consumo de agua embotellada por un purificador para el agua del grifo, una inversión que puede contener el ‘gasto hormiga’ que representa la compra de botellas.
El uso de un purificador significa sólo una solución parcial, —según Gian Carlo Delgado Ramos, coordinador del estudio de la UNAM referido— sin embargo, representa una buena opción para el sector de la población que pueda adquirirlo, además evitaría la generación de basura plástica y toda la huella de carbono asociada.
¿Tú qué opinas, estarías dispuesto a dejar de tomar agua embotellada?
*DR