Cultura Colectiva
Estados Unidos.- El fin del siglo XIX presenció el nacimiento de la cinematografía como arte. La fusión de imagen y movimiento revolucionó poderosamente las conciencias, lo que transgredió las barreras culturales impuestas por el idioma y provocó una expansión masiva que en pocos años llegó a todos los países desarrollados. Durante sus primeros años de vida, el cine (especialmente bien acogido en Estados Unidos) disfrutó de producciones experimentales, de miradas curiosas que estaban por descubrir la infinidad de posibilidades narrativas y técnicas del celuloide.
Cuando el arte se convirtió en negocio, se creó una industria alrededor de la cinematografía que, como cualquier otra, tuvo que apisonar terreno para su auge y expansión. La del cine, particularmente, atacó a aquellos que no se adecuaban a la narrativa propuesta por las grandes productoras y a partir de entonces, el contenido que era variado y no hacía apología en temas como la sexualidad explícita, las drogas, violencia explícita y temas sociales críticos, quedó restringido y a merced del Código de Producción de Películas, que censuró la libertad creativa inherente al séptimo arte con influencia de la Iglesia.
De la mano de realizadoras como Maya Deren, que a lo largo de su carrera alejó su obra de Hollywood, mencionándolo como el peor obstáculo para la realización de la estética y el arte, tuvieron que pasar muchas voces críticas para que el cine volviera a mostrar la imagen de un hombre o una mujer con connotaciones sexuales, especialmente utilizando lencería, tema tabú que por momentos parecía aún peor que una imagen de desnudo.
Una forma íntima de expresión de toda mujer es a través del conjunto que usa debajo de la ropa. El tipo, tamaño, diseño, color y textura de la ropa interior expresa estilo y personalidad: la lencería habla por sí sola. Combinada con la actitud correcta, puede ser aún más sensual y provocativa que la desnudez. En la cinematografía actual es un recurso común para los roles feneminos posar semidesnudas frente a la cámara, sin embargo, muy pocas han sido capaces de trascender y convertir esa composición visual de piel y encaje en un ícono que significa moda, sensualidad y buen gusto. Estas escenas han pasado a la historia por mostrar a las mujeres con la lencería más memorable y han tratado de imitarlas en la actualidad:
Carrie Fisher – “Star Wars Episode VI” (1983)
Jabba the Hutt toma como prisionera a Leia en la tercera parte de Star Wars, haciéndola cambiar el enorme vestido blanco que solía utilizar por un provocador bikini dorado con una trenza. Un clásico en la historia del cine y un sex symbol para toda la galaxia.
Clara Bow – “It” (1927)
El magnetismo y la sexualidad que poseía Clara Bow hicieron de su imagen un referente en el cine mudo. La lencería de la época, a pesar de lo poco que dejaba relucir su figura, fue muy atrevida para entonces y juzgada por las conciencias más conservadoras, actualmente es idolatrada por la moda actual.
Michelle Pfeiffer / Mary Elizabeth Mastrantonio – “Scarface” (1983)
Tanto Pfeiffer como Mastrantonio aparecen en el filme de Brian de Palma con lencería icónica. Pffeifer aparece en el baño con un atrevido combinado de seda en dos piezas, mientras Gina Montana entra sensualmente al despacho de Tony con sólo una bata entreabierta y panties violetas para vengar a Manny.
Pijamada – “Grease” (1978)
La pijamada de Grease es una escena que se ha imitado hasta el cansancio en el cine. La ambientación idónea, el diseño y la elección de prendas de cada una de las participantes expresa a la perfección su personalidad y las tendencias de la época. Es la imagen que todos tienen la mente cuando piensan en una pijamada.
Liv Tyler – “Empire Records” (1995)
Corey Mason entra a la bodega e intenta seducir a Rex Manning mientras come. Vestida como Lolita, Mason asume un papel de chica mala. Se pone frente a él y se quita la ropa, dejando atónita a la estrella del pop. Un bra rojo y atrevido de su amiga Gina, contrasta con las inocentes panties blancas en una escena tan sensual como abrupta. “I’m not as sweet as you think”, remata.
Scarlett Johansson – “Lost in Traslation” (2003)
El primer plano del largometraje de Sofia Coppola es un ícono moderno: Johansson dormida de perfil, dando la espalda a la cámara, que enfoca la mitad inferior de su cuerpo, con una sensualidad que radica en su fragilidad y en el hecho de que no está consciente mientras es observada por el espectador.
Sophia Lauren – “Marriage Italian Style” (1964) / “Ieri, Oggi e domani” (1963)
Loren aparece con un revolucionario negligeé negro lleno de transparencias que apenas dejan algo a la imaginación. La sex symbol italiana popularizó el striptease con provocativos atuendos bajo la dirección de su compatriota Vittorio di Sica.
Salma Hayek – “From Dusk till Dawn” (1996)
Dirigida por Robert Rodriguez, Salma Hayek protagoniza uno de los momentos más sensuales y cargados de simbolismo en el cine: la música suena en Titty Twister y la vampira Satánico Pandemonium luce llena de sensualidad un diminuto conjunto que resalta sus curvas mientras baila provocativamente y una serpiente se enrosca en su cuerpo. El clímax llega cuando hace beber a Richard (Tarantino) del licor que desliza por su pierna.
La lencería no sólo derrocha sensualidad y feminismo, también es un signo de rebeldía y deseo por tomar el control del cuerpo y quitar el velo prohibitivo que existía alrededor de la sexualidad desde mediados del siglo XX. ¿Qué otras escenas de lencería icónica del cine recuerdas?