La Jornada
Washington.- Los ya famosos Papeles de Panamá, que alimentaron una avalancha de revelaciones sobre evasión fiscal, estarán casi integralmente accesibles al público a partir de este lunes, en nombre de la “transparencia” pero también con la esperanza que permitan desenterrar nuevos escándalos.
Después de la puesta de los documentos en línea, cualquier usuario podrá consultar una base de datos creada con millones de documentos del bufete panameño Mossack Fonseca, en los que figuran el primer ministro británico David Cameron y el presidente argentino Mauricio Macri, entre otros.
“Es un progreso natural hacia la transparencia, que permitirá a la sociedad civil tener información básica sobre los datos contenidos en los Papeles de Panamá, dijo a la AFP el director del Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación (ICIJ), Gerard Ryle.
La base de datos -que será publicada a las 18:00 GMT- incluye unas 200 mil empresas de fachada y nombres de particulares y será presentada como un registro, ya que presentará parcialmente unos 11.5 millones de documentos, porque la montaña de papeles aún no ha librado todos sus secretos.
“Hay realmente muchos documentos. De forma que uno no puede saber qué es lo que se ha estado perdiendo hasta que uno encuentra alguna cosa”, dijo Ryle, para quien serán necesarios “muchos meses” para explorar toda la documentación integralmente.
La divulgación de estos documentos en la red Internet, paso que la empresa Mossack Fonseca amenaza bloquear en la justicia, responde a un doble objetivo: cumplir con el objetivo de transparencia y también permitir que aparezcan nuevas sorpresas.
“Las personas encontrarán nombres importantes que se nos han escapado en el primer análisis, y tendrán la oportunidad de contactarnos para compartir los datos hallados”, dijo Ryle.
El ICIJ, basado en Washington, ya tiene la experiencia previa de haber puesto a disposición documentos en escándalos como los Offshore leaks y los LuxLeaks sobre los entendimientos fiscales secretos entre las multinacionales y el paraíso fiscal de Luxemburgo.
En esos casos, más de 500 avisos llegaron al ICIJ, siendo que varios de ellos condujeron a nuevas revelaciones, dijo.
Peligro
La tarea es enorme: mantener el impulso surgido luego de las primeras revelaciones aparecidas en abril en más de 100 grandes periódicos en todo el mundo.
Los Papeles de Panamá enredaron a mandatarios de Argentina, Ucrania y Rusia pero también a estrellas como el futbolista Lionel Messi y al cineasta Pedro Almodóvar, provocando una oleada de indignación que motivó a la comunidad internacional a actuar.
A mediados de abril, en pleno impacto de las revelaciones, las mayores economías del mundo reunidas en el G20 prometieron elaborar una lista negra de paraísos fiscales que no cooperen con la transparencia, y amenazaron con sanciones.
Además, comprometieron esfuerzos para tratar de levantar el velo sobre el secreto en torno de las empresas offshore.
La semana pasada, Estados Unidos anunció una serie de medidas para bloquear las técnicas de evasión fiscal y lavado de dinero mediante empresas de fachada, técnicas que los papeles de Panamá revelaron ser utilizadas en escala planetaria.
“Los Papeles de Panamá destacan la importancia de los esfuerzos que Estados Unidos ha tomado a nivel nacional y los esfuerzos adoptados con nuestros aliados internacionales, para hacer frente a estos desafíos comunes”, expresó la Casa Blanca en un comunicado.
En la opinión de Ryle, esta movilización muestra que solamente un escándalo que “avergüence a todos” podrá convencer a la comunidad internacional a moverse.
Menos de un año después de las revelaciones de los ‘LuxLeaks’, a fines de 2014, los ministros de finanzas de la Unión Europea adoptaron un mecanismo de intercambio automático de informaciones sobre los acuerdos fiscales entre Estados y empresas multinacionales.
Este esfuerzo, sin embargo, fue considerado insuficiente por entidades no gubernamentales.
Para Ryle, es prematuro prever las reacciones de los gobiernos cuando surjan nuevas revelaciones de Los Papeles de Panamá, y si mantendrán los compromisos asumidos.
“Sólo el tiempo permitirá decir si las promesas serán mantenidas”, señaló, aunque admitió que siempre existe el “peligro” de la movilización se desinfle.