Redacción
Aguascalientes, Ags.- En la Universidad Autónoma de Aguascalientes se presentaron los resultados preliminares de una investigación sobre el acoso callejero en el estado, en la cual participan el departamento de Trabajo Social, el Centro de Investigación, Desarrollo, Capacitación y Emprendimiento (CIDCE) y la asociación civil Tlanemani, y que además forma parte de un proyecto global que busca sancionar y prevenir esta problemática en colaboración con 22 organizaciones como el IAM, INE, UVM y Universidad Cuauhtémoc, por mencionar algunas.
Durante el foro “Libres y seguras. Aguascalientes sin acoso callejero”, la jefa del departamento de Trabajo Social de la UAA, María Zapopan Tejeda Caldera, compartió algunas historias recabadas durante el trabajo de campo de la investigación, en las cuales se identifican manifestaciones sexuales a menores de edad por medio del acoso callejero, exhibicionismo e incluso persecución, lo cual habla de una relación de poder por la cual se pone en riesgo a las mujeres.
Por ello destacó que el trabajo que se está realizando con este proyecto liderado por el CIDCE y Tlanemani busca presentar un diagnóstico de esta problemática tan expandida y naturalizada para buscar su sanción, además de proponer políticas públicas para su visibilización y prevención.
En su momento, María Waded Simón Nacif, directora general adjunta de la Comisión Nacional para Prevenir y Erradicar la Violencia contra las Mujeres (CONAVIM), expresó a nombre de la comisionada nacional que este proyecto busca combatir los límites a la libertad de movilidad y las restricciones del derecho a la ciudad de las mujeres por el acoso callejero, debido a que los hombres creen tener el derecho de piropear, tocar e incluso violar a las mujeres.
Por ello, indicó que es necesario enseñar a las niñas a cómo reaccionar ante estos actos e invitar a los hombres a reconocer a las mujeres como sujetos y no objetos, para así combatir la violencia en vez de reducir o cuestionar la libertad de las mujeres, pues han tenido que evitar calles, modificar sus rutas, vestir de cierta forma o siempre buscar la compañía de otras personas, lo cual las hace más dependientes y sólo habla de que la mitad de las personas viven con miedo, lo cual debe erradicarse.
En su momento la directora de proyectos de CIDCE, Perla Belem Hernández González, informó que los resultados preliminares de la investigación realizada con apoyo de la Universidad Autónoma de Aguascalientes expresan que la edad promedio del primer acoso de las mujeres en el estado es de 14 años, aunque también se han registrado casos antes de los 10 años, el 75.56% de los acosadores son hombres, el 58.52% son desconocidos y la edad promedio del victimario es de aproximadamente 30 años; por lo cual advirtió la presencia de una sociedad pederasta porque las mujeres siendo menores de edad reciben su primer acoso en el ámbito público.
Sobre las formas de acoso, comentó que la de mayor incidencia es por medio de silbidos, seguido de miradas lascivas y en tercer lugar los piropos suaves con un 62.08%; mientras que el 27% de las mujeres manifestaron que sufren acoso tres veces a la semana durante sus trayectos entre el hogar, centros de estudio o de trabajo y de recreación.
Respecto a las reacciones ante estos actos, Hernández González apuntó que el mayor porcentaje de las mujeres prefiere ignorarlos y sólo un 11.9% increpa al acosador, y ante ello se identificó que el 20.25% de los victimarios son insistentes y persisten.
Finalmente, señaló que el 43.89% de los acosos callejeros se experimentaron por las mujeres en espacios públicos, mientras que un 30% en el transporte público, lo cual incluye tocamientos; por lo que se buscará responder al 97% de las encuestadas que manifestó estar de acuerdo con sancionar estas prácticas de violencia.
Por su parte, Cindy Karina Barba Macías, fundadora de Tlanemani y coordinadora general “No es piropo, es acoso. Libres y seguras”, explicó que el acoso callejero ha afectado en gran medida la vida de todas las mujeres pues han llegado a definir su forma de vestir de acuerdo a los sitios por los cuales pasarán y modificar sus rutas cotidianas, lo cual reduce la libertad de movilidad, sus actividades recreativas y seguridad.
Debido a esto subrayo que “No es piropo, es acoso” es un proyecto integral bajo un eje de investigación para definir los tipos de acoso, su porcentaje de incidencia y principales espacios de manifestación, un segundo eje que busca generar una iniciativa ciudadana de ley que lo sancione, y por último un eje para el desarrollo de propuestas de políticas públicas en las que no sólo participe el Estado, sino que también otros sectores.
Cabe mencionar que después de la presentación de resultados preliminares de la investigación se realizaron mesas de trabajo con organizaciones civiles, catedráticos de diversas universidades, especialistas y sociedad civil en general para la construcción de la iniciativa de ley alineada a la consigna de ONU Mujeres “Ciudades Seguras y Espacios Públicos Seguros” que descansa en el programa “Ciudades Seguras Libres de Violencia contra las Mujeres”.
Dichas mesas de trabajo se centraron en los temas de educación, leyes, organizaciones civiles, políticas públicas, psicología, sector estudiantil, seguridad pública, servidores públicos, sociología y trabajo social, urbanismo y vivienda.