Calificativos que ya no deben ser considerados como una ofensa en estos tiempos

Barrio.com

Ciudad de México.- La publicidad es útil para marcar tendencias e interactuar con diferentes personas, pero por otra parte trajo consigo consecuencias como lo es la rigurosa forma de pensar con respecto a nuestra imagen, dando paso a una nueva gama de estereotipos de apariencia y género que se convirtieron en una presión que todos los días se torna estresante.

El género masculino también forma parte de la presión social que implica ideales absurdos, por esta razón son cada vez más los hombres que se preocupan por la manera en que luce su cuerpo, cabello o por tener un rostro perfecto que vaya acorde con los estándares masculinos por excelencia.

Si alguna vez te han dicho “narizón” o “chaparro”, entre otros calificativos, te compartimos algunos más que seguro has escuchado y que no debes tomar en cuentaporque vivimos en el siglo XXI y es tiempo de comenzar a hacer lo que queremos, exactamente como lo queremos.

Pelón: son muchos los hombres que sin pelo han logrado convertirse en todo lo que han querido, la calvicie no impidió que Woody Allen conquistara en su etapa más hermosa a mujeres como Diane Keaton.

Fracasado: Existen personas que necesitan tener claro un sentido de pertenencia para creer que tienen las cosas bajo su control, sin embargo, ¿qué tanto abarca la palabra fracasado? ¿Qué sería del mundo sin las brillantes ideas de las personas que durante su vida e infancia fueron etiquetadas solo por ser diferentes?

Prieto: No todo en la vida son los hombres rubios de ojos claros, también existen aquellos que a través de su piel morena y tonos bronceados han logrado conquistar hasta las industrias más exigentes.

Feo: La belleza es muy relativa especialmente cuando se trata de hombres. Algunos de los estereotipos más comunes dictaminan que estos tienen que ser musculosos, bien torneados, con brazos de acero y un rostro que enmarque a la perfección sus facciones masculinas, pero no es del todo cierto. Una imagen pulcra y varonil más el trato atento, amable y detallista, puden ser de mayor atractivo que el físico.

Flacucho: Quien necesita tener un estómago de acero y con cuadritos, cuando tienes esa magia que atrae a las personas.

Chaparro: Qué importa si te hacen falta algunos centímetros de estatura, cuando lo que sobra es actitud y talento. El más claro ejemplo que tenemos en la historia del séptimo arte, es probablemente Danny DeVito, aunque también podemos mencionar a personajes como Tom Cruise y Gael García, cuya estatura no es precisamente la que demandan los estándares más exigentes.

Narizón: Qué sería de personajes como Bob Dylan, John Lennon, Adrien Brody o León Larregui, si se hubieran dejado intimidar por el tamaño de su nariz.

Así que si eres hombre ya lo sabes, no existe nada más liberador que hacer a un lado las categorías y encontrar de una vez por todas la magia que los caracteriza y les brinda un estilo propio. Un hombre puede ser atractivo sin importar su físico y tú puedes convertirte en uno de ellos.