Mauricio Navarro
Aguascalientes, Ags.- El pasado 01 de diciembre, Martín Orozco Sandoval asumió el cargo de gobernador del Estado, en un evento al que acudieron diferentes personalidades del ámbito político, emitió un mensaje general de los resultados que pretende dar a la ciudadanía. Sin embargo, Martín Orozco tendrá que resolver antes que cualquier otra situación, el reto de legitimarse como gobernador.
Los resultados de la contienda electoral donde resultó ganador Martín Orozco, complican el escenario para la puesta en marcha de proyectos o políticas públicas encaminadas a resolver ciertos temas de agenda. El gobernador requiere de diversos instrumentos de poder para ejercer la función pública, entre ellos se cuenta el uso y control de la fuerza pública, el respaldo del sector económico y el apoyo de los grupos sociales como parte fundamental de la legitimación de un gobierno.
De acuerdo al conteo final, la candidata a gobernadora de Aguascalientes por la alianza “Aguascalientes Grande y Para Todos”, Lorena Martínez, obtuvo 189 mil votos, mientras que el candidato del Partido Acción Nacional (PAN) alcanzó 203 mil votos; la diferencia entre uno y otro es mínima, y con ello hay que considerar el 48 por ciento de abstencionismo que se vivió en dicha jornada electoral, por lo cual cualquier asunto público puede caer en la polarización; es decir, el gobernador no cuenta en este momento con la fuerza social suficiente para emprender proyectos de cambio, tal como aseguró en su discurso.
Hace falta tiempo y dedicación para que Martín Orozco comience a ganar legitimidad, pareciera que tiene clara la necesidad de atender en los primeros meses este tema. Y para lograrlo tendrá que poner en marcha una estrategia basada en tres ejes: El primero de entrega de resultados concretos; el segundo mediante un esquema que garantice el combate a la corrupción, pues aunque ha sido una petición ciudadana, este tipo de acciones abonan a la credibilidad y la confianza; y por último, el involucramiento de la sociedad civil en actos de gobierno.
Hay que aclarar que aunque la participación ciudadana es un mecanismo democrático para la toma de decisiones, el mensaje de Martín Orozco no fue dirigido hacia ese contexto, sino a la inclusión de actores sociales representativos, lo que se traduce en un acto de gobierno para cohesionar a una sociedad ya dividida desde sus preferencias electorales y la vida política.
Un ejemplo claro de que esta decisión obedece a una estrategia de manejo de gobierno, es la conformación de su gabinete. Un grupo de personajes reconocidos en su sector pero desconocidos para la mayoría, pocos militantes panistas y ninguno de amplia experiencia en el servicio público. Martín Orozco intenta dar un mensaje a quienes no votaron por él.
Pero esta vez lo hará como Gobernador, tendrá que integrar el combate a la corrupción, el involucramiento social y la entrega de resultados para que la población pueda recibir ese mensaje, de lo contrario, estará siempre en riesgo de enfrentarse a grupos organizados o descontento generalizado.
Los retos que el gobernador entrante señaló con énfasis durante su toma de protesta, son: Transporte público, educación, economía, seguridad, política social, infraestructura vial, salud y apoyo al campo. Todos ellos habrán de desarrollarse en el corto plazo dentro de un pequeño margen de actuación que podría ampliarse en la medida de que la legitimidad crezca.