La Jornada
La Paz.- La justicia boliviana detuvo el martes a Gustavo Vargas gerente general de la aerolínea Lamia, cuya nave cayó en Colombia con la delegación del club Chapecoense a bordo, mientras la funcionaria que autorizó el vuelo pidió refugio en Brasil.
Vargas fue trasladado hasta las oficinas de la Fiscalía Departamental de Santa Cruz (este), localidad sede de la firma. El fiscal Iván Quintanilla, miembro de la comisión que investiga a Lamia, ya había adelantado que emitió una orden de arresto para implicados en el caso.
“Se ha emitido una orden de aprehensión del gerente de esta empresa y además ese ha obtenido documentación para ser analizada. Existen seis personas investigadas y para tres de ellas -entre ellas Vargas- se dictará arraigo”, explicó Quintanilla a la prensa.
“Con fines investigativos fueron arrestados (además de Vargas) la secretaria y el mecánico de la empresa”, agregó.
La Dirección General de Aeronáutica Civil (DGAC) retiró el martes documentación de las oficinas de Lamia, que están intervenidas por las autoridades, según reportes de prensa. La firma tiene cancelados los permisos de operación y comerciales.
Lamia es investigada por supuestas responsabilidades en la caída del avión, en la que murieron 71 de las 77 personas a bordo, entre ellas jugadores y directivos del Chapecoense, así como periodistas.
El propio Vargas admitió días antes al diario Página Siete que la nave, un BA-146 modelo RJ85 que despegó de Santa Cruz, debió haberse reabastecido de combustible en el poblado boliviano de Cobija, en el extremo norte del país, para continuar su ruta hacia la ciudad colombiana de Medellín.
Una de las principales hipótesis que se maneja es que el avión se precipitó a tierra porque se quedó sin combustible poco antes de llegar al aeropuerto de Rionegro, que sirve a Medellín. Una comisión de fiscales de Bolivia, Brasil y Colombia investigará el accidente de la empresa aérea de capitales venezolanos y bolivianos.
Refugio en Brasil
En tanto, la funcionaria boliviana de aeropuertos que autorizó el plan de vuelo del Lamia, pese a que supuestamente detectó los problemas de falta de combustible, pidió refugio en Brasil.
“Celia [Castedo] pidió refugio en Brasil ayer en Corumbá [estado de Mato Grosso do Sul, fronterizo con Bolivia]”, informó este martes una portavoz del Ministerio Público en Brasilia. La solicitud de la ya ex funcionaria de la Aasana (Administración de Aeropuertos y Servicios Auxiliares a la Navegación Aérea) se tramita en secreto porque Castedo teme posibles consecuencias en Bolivia contra ella o su familia, indicó la misma fuente.
La Fiscalía brasileña no explicó, por ello, los motivos que movieron a Castedo a pedir refugio en el país del que procedían casi todas las víctimas del accidente.
Tras su petición, Castedo podrá permanecer legalmente en el gigante sudamericano hasta que se acepte o niegue su solicitud, un proceso que podría extenderse durante un año. Pero Bolivia no está de acuerdo.