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Es fundamental conocer nuestro grupo sanguíneo A, B, AB u O; por si llega a pasar que sea necesaria una transfusión de sangre. La falta de compatibilidad dispara una alerta negativa en el sistema inmune que puede incluso conducir a la muerte.
El problema es que, en la actualidad, con la metodología más tradicional, el resultado de la verificación del tipo sanguíneo tarda entre 10 y 20 minutos. Mucho tiempo si estás entre la vida y la muerte.
Pero ahora existe también un método más eficiente, rápido y fácil que acaba con las esperas. Se trata de una prueba en papel que logra identificar, a partir de unas pocas gotas de sangre y sin el empleo de una centrifugadora, el grupo sanguíneo. Todo un descubrimiento desarrollado por científicos de la Third Military Medical University en Chongqing, en China.
Los científicos aprovecharon las reacciones químicas entre las proteínas del suero sanguíneo y el tinte verde de bromocresol (un colorante que interactúa con la sangre), que es también un indicador orgánico para valorar el ácido base.
Lo siguiente que hicieron fue poner una diminuta muestra en una tira de prueba con anticuerpos capaces de reconocer distintos marcadores de tipo sanguíneo. Los llamados antígenos.
Iluminador fue el resultado: si un antígeno de un grupo sanguíneo específico se encontraba en la muestra, en la tira de papel aparecía un color verde azulado,y un color marrón si no era así. El tiempo de este tipo de examen es de apenas 2 minutos.
La herramienta de identificación sanguínea tiene la forma de un termómetro largo, con dos extremos. Al usarlo, por un extremo (supongamos el izquierdo) se coloca una solución con el anticuerpo A y en el otro extremo una solución con el anticuerpo B.
Posteriormente se coloca una gota en el centro, seguida de una gota de colorante. La solución se desplaza por el papel y alcanza ambas soluciones de anticuerpos.
Si el tipo sanguíneo es A, la solución de la izquierda se volvería marrón. Si el tipo sanguíneo fuera B, será al revés. Si fuera de tipo AB, en el que ambos antígenos se encuentran en los glóbulos rojos, ambas soluciones cambiarían a un color verde azulado.
Si la solución fuera de tipo O, sin antígenos en absoluto, el color de ambas soluciones o extremos cambiaría a marrón. Todo esto ocurre en tan sólo 30 segundos, lo que lo convierte en un método mucho más rápido que las pruebas tradicionales.
Los científicos analizaron 3550 muestras de sangre y obtuvieron una precisión de 99,9%, pero, además, como el resultado se basa en un cambio de color, resulta ideal para actuar eficazmente en casos de urgencia.
El estudio ha sido publicado en la revista Science Translational Medicine.
*Fotografía cortesía de La Reserva