Las fake news se extienden más rápido que la verdad confirma la ciencia

Sarah Romero / Muy Interesante

Un tuit puede causar estragos con solo unos pocos caracteres. De la misma manera que la frase de “Una mentira puede haber recorrido la mitad del mundo mientras la verdad está poniéndose los zapatos” suele ser erróneamente atribuida a Mark Twain, Winston Churchill o Benjamin Franklin, un equipo de investigadores del MIT (Instituto Tecnológico de Massachusetts) ha podido confirmar científicamente que las noticias falsas se extienden mucho más rápido que las verdaderas o reales.

Internet sin duda ha acelerado la velocidad a la que las historias pueden viajar por el mundo. Tanto para las mentiras, la verdad y todo lo que está en medio, el tiempo de viaje es mucho más rápido ahora, pero ¿cómo saber cuál supera a cuál?

Los expertos del MIT Sinan Aral, Soroush Vosoughi y Deb Roy, analizaron 126.000 historias difundidas en Twitter entre 2006 y 2017, con más de 4.5 millones de tuits de unos 3 millones de personas. El equipo utilizó evaluaciones de seis organizaciones independientes de verificación de datos para clasificar la verdad o la falsedad de estas historias, estimando que existen unos 48 millones de bots en Twitter y 60 millones en Facebook (bot: programas que replican de forma mecánica los tuit).

La falsedad se difunde significativamente más lejos, más rápido, más profunda y más ampliamente que la verdad en todas las categorías de información, y los efectos fueron más pronunciados para noticias políticas falsas que para noticias falsas sobre terrorismo, desastres naturales, ciencia, leyendas urbanas o información financiera”, aclaran los autores a la revista Science.

  • Las fake news tienen un 70% más de probabilidades de ser replicadas

“Mientras que la verdad rara vez se difunde a más de 1.000 personas, el 1% de las noticias falsas más virales se difunde rutinariamente entre 1.000 y 100.000 personas“. Lo curioso es que estos resultados se cumplían incluso a pesar de que las personas que habitualmente difundían rumores falsos tenían muchos menos seguidores que aquellos que en su mayoría dijeron la verdad, algo que podría haber reducido su poder de promoción de ‘fake news’.

  • ¿A qué se debe?

Esta diferencia no se debe a que las personas realmente prefiramos las mentiras o que seamos conscientes de que eso es lo que estamos promoviendo al retuitear una noticia falsa. Tampoco podemos culpar a los bots. Mientras que los bots aceleraban la difusión de historias falsas, los autores descubrieron que las historias reales recibían un estímulo igual por parte de los bots, lo que sugiere que el problema reside principalmente en los tuiteros humanos.

En consecuencia, los autores buscaron diferencias en las respuestas de los humanos a las historias típicas de verdadero y falso para explicar sus observaciones. Al observar las reacciones a estas historias, descubrieron que las falsas inspiraban mayor sorpresa y disgusto, mientras que las verdaderas tenían más probabilidades de encontrarse con un sentimiento de tristeza, anticipación o confianza. Los autores sospechan que el valor novedoso de las noticias falsas alienta su difusiónpero también parece que el enfado motiva los retuits mucho más que la tristeza al leer un contenido.

Así, por ejemplo, los falsos rumores llegaron a su punto máximo en el momento de las últimas elecciones presidenciales estadounidenses. El estudio encontró que cada ciudadano de Estados Unidos se expuso a al menos tres noticias falsas creadas por bots durante el mes previo a las últimas elecciones presidenciales.

¿Solución? Nada tecnológico. Educar la conducta humana.