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Ciudad de México.- El corazón, tan fundamental para la vida, se ubica en una caja protectora dentro del pecho, realizando su trabajo sin ningún signo externo para su propietario.
En Occidente, donde una de cada cuatro personas muere de enfermedad cardiovascular, es difícil sobreestimar la importancia de mantener el corazón en buen estado. Por desgracia, la primera señal que mucha gente tiene de que su corazón no está funcionando bien es justo cuando tienen un ataque cardiaco.
Aunque no puedas ver tu corazón latiendo en tu pecho (al menos sin usar tecnología de imagen especializada), hay signos externos visibles que pueden denotar si algo está mal con tu corazón, antes de sufrir un “evento cardiovascular” que pueda cambiarte la vida o, en última instancia, terminarla.
1. LÓBULOS ARRUGADOS
Uno de esos indicadores externos son los pliegues diagonales en los lóbulos de las orejas, conocidos como “el signo de Frank”, en homenaje a Sanders Frank, el médico estadounidense que describió por primera vez el signo. Los estudios han demostrado que existe una asociación entre estos pliegues externos visibles en el lóbulo y un mayor riesgo de aterosclerosis, una enfermedad en la que se acumula placa en el interior de las arterias.
Más de 40 estudios han demostrado una asociación entre esta característica de la oreja y un mayor riesgo de aterosclerosis. No está claro cuál es la causa de la asociación, pero algunos han postulado que se trata de un origen embrionario común. Más recientemente, se ha visto que estos pliegues también están implicados en la enfermedad cerebrovascular, esto es, la enfermedad de los vasos sanguíneos en el cerebro.
2. NÓDULOS DE GRASA
Otro indicador externo de problemas cardiacos son los depósitos cutáneos de grasa conocidos clínicamente como “xantomas”, que pueden aparecer en los codos, las rodillas, los glúteos o los párpados. En sí mismos son inofensivos, pero pueden ser un signo de problemas mayores.
Los xantomas se observan con mayor frecuencia en personas con una enfermedad genética llamada hipercolesterolemia familiar. Las personas con esta condición tienen niveles excepcionalmente altos de colesterol unido a lipoproteínas de baja densidad, es decir, el “colesterol malo”. Los niveles de este colesterol son tan altos que se depositan en la piel. Desafortunadamente, estos depósitos de grasa también se encuentran en las arterias que irrigan el corazón.
La medicina conoce el mecanismo que causa estos depósitos de grasa en los tejidos y ocupa un lugar icónico en esa ciencia, ya que condujo al desarrollo de uno de los medicamentos más exitosos para reducir el colesterol: las estatinas.
3. UÑAS CÓNCAVAS
El fenómeno conocido como acropaquia o hipocratismo digital también puede ser una señal de que algo anda mal con tu corazón. Es donde las uñas cambian de forma, volviéndose más gruesas y anchas, debido a la producción de más tejido. El cambio generalmente es indoloro y ocurre en ambas manos.
La razón por la cual este cambio indica problemas cardíacos se debe a que la sangre oxigenada no llega correctamente a los dedos, por lo que las células producen un “factor” que promueve el crecimiento para tratar de corregir el problema.
Los dedos hipocráticos son el síntoma médico conocido más antiguo. Fue descrito por primera vez por Hipócrates en el siglo V antes de Cristo. Por ello se les conoce con ese adjetivo, hipocráticos.
4. ANILLO ALREDEDOR DEL IRIS
Los depósitos de grasa también se pueden ver en el ojo como un anillo gris alrededor de la parte exterior del iris, la parte coloreada del ojo. Este llamado “arco senil”, comienza en la parte superior e inferior del iris antes de progresar para formar un anillo completo. No interfiere con la visión.
Alrededor del 45% de las personas mayores de 40 años tienen este halo graso alrededor del iris, en el caso de las personas mayores de 60 años la proporción llega al 70%. Se ha demostrado que la presencia de este anillo graso está asociada con algunos de los factores de riesgo de enfermedad coronaria.