El Clarinetero
Aguascalientes, Ags.- Los problemas no se acaban al interior de la empresa Nissan, que sin duda vive su peor momento en los más de 35 años que tiene en esta entidad.
Actualmente se conoce que existen tres grupos entre los 12 mil trabajadores, aunque finalmente los tres buscan el mismo objetivo que es la mejora de las condiciones laborales.
Uno de los grupos es identificado con Rafael Salado al parecer el grupo más numeroso que de acuerdo con allegados oscila sobre los 4 mil 500.
Asimismo existe otro que recién se manifestó y que es identificado con Jorge Díaz, Lizeth Ramírez y Jorge Humberto Valdivia, éste mucho menos numeroso que aseguran no son ni 300 y que al parecer busca desestabilizar al primero.
El último es de los apáticos y temerosos que no hacen ruido, pero siguen inconformes por las amplias jornadas laborales, así como las percepciones salariales que son menores a las de sus compañeros de la planta de Cuernavaca y también de muchos trabajadores de empresas proveedoras de la ensambladora de capital japonés.
Un nuevo round se avecina para enero luego de que el grupo que apoya a Rafael Salado pretende que Gabriel Jasso sea removido de su cargo, sin embargo los directivos de la empresa rechazan esta situación y quieren que la elección sea en julio próximo además de buscar que se mantenga el líder sindical que ha sido por más de 20 años o en caso contrario alguien afin a él.
Este tecleador logró conocer que ante la falta de respaldo por parte de la Federación de Trabajadores de Aguascalientes afiliada a la CTM, que encabeza el eterno, Alfredo González, los que apoyan a Rafael Salado están en pláticas de asesoramiento con el Sindicato de Trabajadores Independientes de Querétaro para formar un nuevo sindicato que si represente los intereses de los empleados de esta compañía.
El grupo minoritario que ya se afilió a la Confederación Regional Obrera de México, lo que le hizo pasar un coraje que le dio hasta el hígado a Alfredo González, al parecer incluye personas más radicales que proponen realizar paros técnicos o lanzarse incluso hasta una huelga para lograr que les igualen el salario con sus colegas morelenses.
El tema es que este asunto todavía va a dar para mucho más. Y aunado a ello está el escándalo del cese del presidente de la empresa, Carlos Goshn por no haber declarado más de 40 millones de dólares al fisco en Japón, que también empaña la imagen de la ensambladora.