La Jornada
La Jornada también conversó con el cineasta Diego López Rivera, hijo de Guadalupe Rivera Marín, quien confirma que su madre en ningún momento dijo contundente que la grabación que le hizo escuchar el director de la Fonoteca Nacional, Pável Granados, hace tres meses, fuera la voz de Frida.
A ambos les causó sorpresa el anuncio que hizo la secretaria de Cultura federal, Alejandra Frausto, en una conferencia de prensa a la que convocó exclusivamente para dar a conocer ‘‘el hallazgo de la probable voz” la pintora.
Rina Lazo comenta a este diario que hace un mes le fueron a preguntar de parte de la Fonoteca: ‘‘me trajeron la grabación. La escuché con mucho cuidado, con susto de poder identificar o no a Frida. Afirmé que no era. Ella era un poco más emotiva. No me recordaba a su voz”.
Quien fue asistente de Diego Rivera entre 1937 y 1947 añade que ‘‘después de que me pasaron esa grabación, con pena les dije que no era, porque tenía la emoción de que sí fuera Frida. Es muy buena la grabación, está muy bien leído, pero no es su voz. Es mi opinión, recordando aquellos lejanos tiempos”.
La también muralista describe el habla de Kahlo: ‘‘ella era bastante expresiva. No tenía una voz monótona. En un caso como el de la grabación de la Fonoteca, en la que se describe a Diego Rivera, ella lo habría expresado con más fuerza y luego volvería a la voz natural, pero no hablaba tranquila como se oye en esta grabación”.
Lazo Wasem, quien se casó con Arturo García Bustos, discípulo de Kahlo, refiere que ‘‘uno puede escuchar y reconocer una voz que ha oído por mucho tiempo. Porque conocí a Frida y de los 10 años que trabajé con Diego Rivera, ocho años estuve cerca de ella”.
La grabación difundida por Alejandra Frausto en las instalaciones de la Fonoteca Nacional fue puesta en duda desde el inicio.
Según Granados, el fragmento corresponde a un programa de radio de Álvaro Gálvez y Fuentes El Bachiller, grabado en 1955, un año después de la muerte de Frida, pero el audio ‘‘se estima que data de 1953 o 1954”.
Cuando consultaron a Rina Lazo también le mostraron un audio presuntamente de Diego Rivera. ‘‘Inmediatamente afirmé que era la voz de Diego Rivera. Era una grabación natural, como de alguien que está platicando, no es leída”.
Duda razonable
El cineasta Diego López Rivera, nieto de Diego Rivera, narra que hace tres meses Pável Granados le hizo escuchar a su madre la grabación que llevaba en su teléfono celular, en una reunión donde se encontraban varias personas.
‘‘En ningún momento ella afirmó categóricamente que fuera la voz de Frida, eso me consta porque yo estaba ahí.”
Sin embargo, en la rueda de prensa que encabezó Frausto, Pável Granados aseguró a los medios que cuando le preguntó a Guadalupe Rivera, hija del muralista, que si reconocía la voz de la pintora, ‘‘aseguró que sí”.
Hay que tomar en cuenta otra cosa, añade Diego López Rivera: ‘‘Mi madre, Guadalupe Rivera Marín, es una señora de 95 años que dejó de escuchar la voz de Frida hace más de seis décadas. Cualquier cosa que opine al respecto hay que tomarla con reservas pues, además, perdió el oído izquierdo, y tiene una audición limitada del derecho.
‘‘En aquella reunión, opiné, como voz autorizada, dado que tengo años dedicándome de manera profesional a los medios audiovisuales, que existían varias dudas razonables para no dar por auténtico el audio.
‘‘En primer lugar, si éste se grabó en los meses previos a la muerte de Frida, hay que recordar que durante ese periodo su salud era muy delicada, tenía problemas respiratorios, una persona con esa condición física no puede escucharse como la del audio que nos presentó el director de la Fonoteca.
‘‘Esa voz no es la de una mujer que tuvo una vida de mucho desgaste físico, que fumaba y bebía y que respiraba con dificultad. Esa es una duda razonable muy grande que debieron tomar en cuenta.
‘‘Sin una investigación más profunda acerca del origen del audio, la Secretaría de Cultura tendría que haber sido más cuidadosa con la difusión de la noticia, parece que sólo quieren llamar la atención”, concluye el cineasta.
Rina Lazo Wasem considera que, al final, ‘‘qué importa que sea o no sea la voz de Frida, por qué no decimos que sí es, así tendremos un recuerdo maravilloso. Que la gente piense lo que tenga ganas de pensar y de escuchar”.
Hilda Trujillo, directora del museo La Casa Azul Frida Kahlo, que tiene 12 años investigando los archivos de Frida y Diego que descubrieron en 2007, apunta que para dar certeza de que se trata de la voz de una de las artistas más icónicas del país ‘‘hace falta convocar a varios expertos para que se realice una investigación seria y completa. Nuestro museo puede apoyar con mucho gusto los estudios, es el buen momento para empezar a hacerlo”.