Redacción
Ciudad de México.-Con lagrimas en los ojos, prima de José José estalla en contra de Sarita por la actitud asumida tras la muerte del ‘Príncipe de la Canción’.
A pesar de que este 28 de octubre ya se cumple un mes de la muerte del cantante José José, el dolor sigue latente en el corazón de su prima Malicha Ortiz, quien todavía con lágrimas en los ojos no supera que el intérprete haya muerto en un hospicio, alejado de su familia y de su país. La señora que convivió desde niña con el recordado artista nos abrió las puertas de su casa, y aparte de expresarnos su tristeza, también nos compartió bellas y polémicas anécdotas, como por ejemplo, contó que el día que don José terminó con Anel, les aseguró que se quería suicidar, pues había perdido al amor de su vida.
“SIEMPRE FUE MUY CORDIAL, ATENTO, ALEGRE, LE ENCANTABA CONTAR CHISTES, ERA FIESTERO, AUNQUE NUNCA APRENDIÓ A BAILAR”
¿Qué recuerdos tiene de José José cuando vivían juntos?
Todo el patio era para jugar juntos, siempre estábamos planeando nuevos juegos y travesuras, era muy buen primo, me cuidaba mucho porque era la única mujer.
¿Desde niños escuchó cantar a su primo?
Sí, claro, desde chiquito era muy entonado, y como en la escuela se enteraron de que cantaba muy bonito, lo agarraban para que cantara en los Días de la Madre, en los cierres de curso… Lo ponían a la mitad del foro con su micrófono y el coro atrás con su traje típico o acorde a la canción, y la gente encantada.
¿Y de adolescente?
Los mismos amigos lo empezaron a contratar para que les llevara serenata a sus mamás y a sus novias, se iba con mis hermanos, Paco y Pepe (ambos, q.e.p.d.).
En algún momento se comentó que don José había sido abusado por su padre, ¿usted cree eso?
No, para nada, no lo creo, porque todos los niños que son abusados tienen un cambio de actitud, y nosotros nunca vimos ningún cambio, siempre fue muy cordial, atento, alegre, le encantaba contar chistes, era fiestero, aunque nunca aprendió a bailar.
“CUANDO SE CASÓ CON ANEL, NO SÓLO SURGIÓ EL PRÍNCIPE DE LA CANCIÓN, SINO TAMBIÉN NACIÓ EL JOSÉ RÓMULO SOSA PADRE DE FAMILIA Y ESPOSO, ERAN LA FAMILIA PRECIOSA”
Cuando le llegó el éxito a su primo, ¿cómo se enteró de sus adicciones?
Es muy curioso, porque antes de que fuera famoso, mi papá siempre le decía que tuviera mucho cuidado, porque en esos lugares se movían ese tipo de cosas, que cada vez que alguien se acercara a ofrecerle algo dijera que no, pero pues ya sabemos la historia, y la verdad es que nosotros nos enteramos por la prensa, porque en ese tiempo Pepe se separó mucho de su familia, pero cuando se casó con Anel, no sólo surgió el Príncipe de la Canción, sino también nació el José Rómulo Sosa padre de familia y esposo, eran la familia preciosa.
¿Cómo veían a José y a Anel?
Siempre enamorados y contentos, nos invitaban a pasar muchos fines de semana, navidades, años nuevos, nos gustaba estar escuchando discos y adivinar qué programas ponían esas canciones; de hecho, ahí en su casa conocimos a Verónica Castro, Ernesto Alonso, María Antonieta de las Nieves, Emmanuel, Lucha Villa y a Tony Bennett, quien era muy amigo de mi primo.
¿Cómo vivieron el divorcio de ellos?
Fue terrible, recuerdo que ese día vino José a la casa a ver a mi mamá, ella se espantó muchísimo porque llegó llorando, delgado, destrozado y le dijo que se quería morir, que no quería seguir viviendo, que había perdido al amor de su vida, se salió de la casa y nos quedamos muy preocupadas porque pensamos que sí se quitaría la vida; a partir de ahí todo cambió, se alejó de nosotros, se juntó con Sara y se fue a Estados Unidos y sólo lo volvimos a ver dos veces más.
“PARA MÍ NO MURIÓ JOSÉ JOSÉ, MURIÓ MI PRIMO, ME DOLIÓ MUCHO LO QUE HICIERON ESTAS MUJERES”
¿Cómo tomaron ustedes todo lo que hicieron Sara Sosa y Sara Salazar?
(Con lágrimas en los ojos.) Fue una injusticia lo que nos hicieron, me entristece mucho que pasaran las cosas como pasaron, no se vale, porque para mí no murió José José, murió mi primo, me dolió mucho lo que hicieron estas mujeres, que Dios las perdone… Me hubiera gustado darle un último abrazo, un beso, había quedado de hacerle sus gorditas veracruzanas que tanto le gustaban, pero ya no hubo oportunidad.
¿Qué le diría a don José si lo tuviera enfrente?
Lo mismo que siempre le decía: “Échale ganas, Pepe, recuerda la frase de mi abuelo: ‘para el hombre de fe no hay imposibles’”, si nos hubieran dejado estar con él, yo lo hubiera cuidado, ayudado, le hubiera contado recuerdos de nuestra niñez, de su juventud para que le echara ganas, porque no importa que estuviera en el mejor lugar, murió solo y él siempre fue muy familiar.
¿Le lastimó que muriera en un hospicio?
Muchísimo, estoy tan dolida y triste por la pérdida de mi primo, porque no puedo creer la manera en la que murió, tan solo, alejado de su familia, de sus seres queridos, ha sido muy duro y fuerte.
Por último, ¿las cenizas ustedes las cuidarán?
Ya están depositadas y aún no hablamos bien con Anel para saber si se hará algo lindo en su tumba o si se cambiará algo, pero bueno, ya está descansando.