Redacción
Mario Benedetti es uno de esos pocos autores que tienen una palabra o un verso completo que logra describir casi cualquier momento de la vida. Si estás pasando por un momento complicado, no te convenceremos de mirar al cielo y sonreír solamente porque respiras, pero imagina esto: ser neurólogo, psiquiatra y esposo y tener que supervivir a la estancia en varios campos de concentración nazis, perderlo todo, incluso al amor de tu vida, y aún así, salir adelante y convertirte en un referente.
Si te parece muy descabellado, es seguramente porque no conoces a Victor Frankl, quien aseguraba que “la vida no se hace insoportable por las circunstancias, sólo se hace insoportable por la falta de sentido y propósito”. O dicho de otra forma, asegura que quien tiene un porqué siempre encontrará un cómo. Entonces, ¿en serio crees que no tienes una razón para seguir?
Mientras lo descubres y pasan lunas, pierdes “amigos”, encuentras consuelo, te enojas, te cansas y empiezas de nuevo. Por eso tienes que leer este poema de Mario Benedetti y quizá también éstos de aliento, en los que encontrarás las palabras para seguir, un día a la vez, mientras aceptas que no volverás a ser quien eras, porque crecer es parte de evolucionar.
No te rindas
No te rindas, aún estás a tiempo
de alcanzar y comenzar de nuevo,
aceptar tus sombras,
enterrar tus miedos,
liberar el lastre,
retomar el vuelo.
No te rindas que la vida es eso,
continuar el viaje,
perseguir tus sueños,
destrabar el tiempo,
correr los escombros,
y destapar el cielo.
No te rindas, por favor no cedas,
aunque el frío queme,
aunque el miedo muerda,
aunque el sol se esconda,
y se calle el viento,
aún hay fuego en tu alma
aún hay vida en tus sueños.
Porque la vida es tuya y tuyo también el deseo
porque lo has querido y porque te quiero
porque existe el vino y el amor, es cierto.
Porque no hay heridas que no cure el tiempo.
Abrir las puertas,
quitar los cerrojos,
abandonar las murallas que te protegieron,
vivir la vida y aceptar el reto,
recuperar la risa,
ensayar un canto,
bajar la guardia y extender las manos
desplegar las alas
e intentar de nuevo,
celebrar la vida y retomar los cielos.
No te rindas, por faror no cedas,
aunque el frío queme,
aunque el miedo muerda,
aunque el sol se ponga y se calle el viento,
aún hay fuego en tu alma,
aún hay vida en tus sueños
porque cada día es un comienzo nuevo,
porque esta es la hora y el mejor momento.
Porque no estás solo, porque yo te quiero.