Gilberto Valadez
Aguascalientes, Ags.- Habrá cambio en sede para la recepción del nuevo obispo local Juan Espinosa para el próximo 15 de febrero, anunció el secretario canciller del obispado, Daniel Escobedo Torres, quien justificó para ello la actual situación sanitaria por la variante Omicron.
La modificación concreta será en la celebración religiosa de bienvenida que originalmente se tenía previsto para la recién inaugurada Arena San Marcos, pero ahora se contempla realizar en el Centro de Convenciones.
“A las 11:15 se tiene previsto la misa de inicio de ministerio en el Centro de Convenciones, de la Isla San Marcos, donde lo esperarán los fieles. La asistencia que se ha previsto para las condiciones actuales es de 4,500 personas, que será la mitad del aforo y evitar en lo posible riesgo de contagios mediante acceso con boleto distribuido antes”, declaró en conferencia de medios.
– ¿Cómo se va a distribuir el boletaje?
– Entre capellanías y parroquias se entregarán 150, a cada una le tocarán 20 nada más, esto nos da tres mil boletos. Para sacerdotes, seminario e invitados especiales se contemplan mil personas y al señor obispo se le proporcionarán 500 boletos para su libre distribución. Cada parroquia será responsable de la entrega de sus boletos.
Escobedo Torres confirmó que la misa será transmitida en vivo por la televisora oficial del estado, así como en redes sociales, para fieles que no consigan boleto y no puedan acudir.
El resto del itinerario que había sido anunciado se mantiene. Primero con una visita a las 9:00 horas la población jalisciense de Encarnación de Díaz, perteneciente a la diócesis, donde se tendrá un breve encuentro con fieles en la plaza local. El arribo del obispo Espinosa a la ciudad está previsto a las 10:15 horas, mediante una celebración en la Catedral para ser recibido por los canónigos y hará una procesión de fe en una de las capillas.
Originario de Michoacán, Juan Espinosa fue nombrado como Obispo de Aguascalientes, cargo que está vacante desde hace más de un año, tras el deceso de José María de la Torre, quien fungió como jerarca eclesiástico por más de una década