Redacción
Aguascalientes, Ags.- ¿Qué esperarán las autoridades del Instituto Cultural de Aguascalientes (ICA) para decidirse a hacerle justicia a la maestra Raquel Esparza Garay, dándole su nombre a la “sala infantil” de la Biblioteca Pública “¿Enrique Fernández Ledesma”, a año y medio de su muy sentida desaparición física (el 11 de mayo de 2020)? ¿Acaso sufren de amnesia y han olvidado el ejemplar desempeño que tuvo la educadora en todo lo que emprendió (por su don de gentes, profesionalismo, capacidad de trabajo, probada eficiencia, creatividad, sentido de responsabilidad y actitud de servicio) en pro de la niñez de Aguascalientes a la que dedicó gran parte de su fructífera vida (1965-2020)?
¿O, de plano, les pasaron de noche las muy notorias y notables actividades docentes planificadas y llevadas a la práctica por ella, con la entrega que le caracterizaba, en el sinfín de visitas guiadas a la biblioteca con los innumerables grupos de niñas y niños de educación básica de las escuelas públicas del municipio capital; con independencia de la ardua labor de fomento a la lectura realizada con jóvenes y adultos en el taller que mantuvo hasta días antes de incapacitarse por motivos de salud?
De todo ello pueden dar testimonio quienes fueron sus compañeras (os) de trabajo: Karla Gallegos, Jessica Medrano, Fabricio Vázquez y el poeta y escritor Francisco Xavier López, conocido como “Panchito” por los muchos que lo estiman.
Es de esperarse que el sindicato que agrupa al personal de base del ICA tome ya la iniciativa y, a la brevedad posible, se aboque a conseguir las firmas de sus representadas (os) e, incluso, de usuarias (os) de los servicios que presta al público la “Fernández Ledesma”, para respaldar la petición que, con toda la formalidad del caso, está obligada a hacer la misma organización gremial a las autoridades del Instituto sobre el asunto que nos ocupa y a darle seguimiento para que no duerma el sueño de los justos. Con mayor razón si se toma en cuenta que uno de los integrantes de su comité ejecutivo es Jildardo (así escrito) Romero, quien durante un periodo de tiempo fue jefe inmediato de la finada profesora en dicho centro de trabajo.
El miércoles 11 de mayo de 2022, día en que se cumplirá el segundo aniversario luctuoso de la maestra Raquel Esparza Garay, sería la fecha indicada para, por méritos y justicia, perpetuar su memoria, dándole su nombre, como ya quedó establecido, a la “sala infantil” de la Biblioteca Pública “Enrique Fernández Ledesma”, actualmente bajo la atinada conducción de la licenciada Alejandra Chávez, última jefa de Raquelita, en solemne ceremonia (a la que se convocaría a los medios masivos de comunicación locales) que sería presidida por autoridades de los gobiernos estatal y municipal (para lo cual habría que invitarlas con anticipación), así como del ICA, contando con la presencia de familiares y amigas (os) de la finada, principalmente. Seis meses son suficientes para hacer realidad tan significativo acontecimiento.