Acusan violencia académica en la UAA hacia madres estudiantes

Comunicado

Aguascalientes, Ags.-  *Ana es una estudiante de 30 años, Licenciada en Ciencias Políticas y Administración Pública graduada de la Universidad Autónoma de Aguascalientes y madre de dos hijos. Ana se encontraba cursando sus estudios con un posgrado en dicha universidad, con una maestría en Investigaciones Sociales y Humanísticas, donde se enfrentó a una situación de discriminación, violencia académica y hostigamiento, situación que hasta el momento no ha sido resuelta por parte de la Universidad.

La formación académica y profesional de Ana había transcurrido con tranquilidad, en sus palabras “nunca había tenido problemas”, hasta que ingresó al posgrado, fue a inicios del 2020 cuando en las asesorías personales y en sus clases, empezó a enfrentarse a comentarios descalificatorios sobre su trabajo y sus capacidades. En la UAA se reproducen estereotipos relacionados con lo que culturalmente se piensa que debe ejercer una mujer, Ana vivió estas discriminaciones relacionadas con su maternidad, no tuvo espacios vacacionales porque los modelos educativos de todos los niveles están pensados y programados para que las mujeres que son madres tengan más difícil concluir estudios de posgrado. 

Entre las estudiantes era conocido que la UAA permite la discriminación a las estudiantes que tienen hijas e hijos, las advertencias de alumnas y alumnos no se hacían esperar cuando Ana comentaba su situación con otras mujeres estudiantes o graduadas que habían sufrido de discriminación y misoginia. Siendo del conocimiento de la universidad estos actos discriminatorios hacia las alumnas.

“Era muy seguido que hacían señalamientos sobre nuestros hijos, nos cuestionaban, nos decían que si no podíamos, como si por tener hijos no fuéramos capaces, había otras compañeras que se quejaban de lo mismo, incluso nos llegaron a decir que si nos embarazamos nos dejarían de asesorar” contó Ana.  

Los continuos comentarios se convirtieron en violencia psicológica que escaló a una exclusión de actividades académicas, como exposiciones y revisiones de trabajos debido al “poco rendimiento” de Ana, a quien se le exigía mayor carga de trabajo a diferencia de sus compañeros hombres, en un continuo hostigamiento por hacerla desistir de sus estudios, el trabajo de Ana era continuamente saboteado sin argumentos.

“Yo expuse varias veces la situación, pero las autoridades universitarias no me hicieron caso, fui a derechos universitarios y tampoco me hicieron caso, la encargada de la defensoría de los derechos universitarios me dijo:  porque mejor no te pones a cuidar a tus hijos, si no puedes con la maestría, te recomiendo que tu sola te des de baja” relato Ana. 

En mayo del 2022, recibió una carta donde se le avisaba que había sido dada de baja de la maestría de Investigaciones Sociales y Humanísticas, debido a “su bajo rendimiento”, dictamen al cual Ana apelo con la defensoría de derechos universitarios, hasta llevar su caso con la decana y el jefe de investigaciones, solicitando la revisión de su caso para que esta decisión fuera pasada por un consejo.

Durante una audiencia sobre su caso, Ana vivió revictimización y sus argumentos no fueron escuchados, invalidando lo que tenía que decir sobre el proceso que vivía y sin lograr una resolución favorable a su caso. 

Debido a la constante lucha por defender sus derechos universitarios y su derecho a la educación, Ana pudo continuar con sus estudios, pero la omisión de las autoridades universitarias continuo, ya que no hubo acciones concretas para frenar el hostigamiento y violencia que obstaculiza el continuar con su posgrado, por lo que en diciembre de 2022 Ana se vio obligada a darse de baja, debido a la violencia psicológica y académica, ya que la situación era insostenible y estaba afectando severamente su salud mental.

“Yo invertí mucho en recursos, siento que me esforcé para nada, me afecta porque yo ya no puedo tener otra beca porque no terminé la maestría, mi carrera se arruinó (..) a mi me apasionaba mi tema de investigación, ahora agarro un libro y siento que la mente se me cierra” relato Ana. 

Ante la nula actuación por parte de la Universidad, a principios del 2023, Ana decidió denunciar estos actos violentos a las autoridades externas a la universidad, presentando una queja ante la Comisión de Derechos Humanos del Estado de Aguascalientes (CDHEA) y una denuncia ante la Fiscalía General del Estado de Aguascalientes por discriminación.

“Yo quisiera que se investiguen todos los casos que han sido denunciados en derechos universitarios (..) se supone que estos espacios deben ser seguros para nosotras y es donde más se da la violencia, la academia puede ser rigurosa, pero las enseñanzas no se deben de dar a través de maltrato, este es el currículum oculto de la maestría, con esto normalizan la violencia que ejercen hacia las mujeres” señaló Ana

Según datos del INEGI el nivel de escolaridad media superior y superior, ha tenido un alza significativa, en el año de 1990, el 21.3 % de las mujeres de 15 y más años se encontraba en un nivel educativo medio superior y superior, en 2020 aumento a 44.9 % de mujeres en este nivel.

Aunado a esto históricamente las mujeres han luchado por su derecho a la educación y un lugar en los espacios académicos libres de violencia, resistiendo y luchando en contra de las críticas y señalamientos de su vida personal, los roles que tienen que cumplir socialmente, las dobles jornadas laborales, la maternidad y la descalificación de su trabajo. Se asume como una lucha conquistada ver a las mujeres en niveles superiores de educación, pero la discriminación, el acoso y las violencias a las que se enfrentan las mujeres en los espacios académicos siguen siendo un factor clave para la deserción y el retroceso de sus derechos humanos. 

*El nombre de la afectada fue cambiado con el propósito de proteger su identidad. 

*Información de Florencia Escobedo Torres/Observatorio Digital