Redacción
Ginebra.- Este viernes 5 de mayo de 2023 se anunció que el COVID-19 ya no es una emergencia de salud global, así lo determinó la Organización Mundial de la Salud.
En este sentido vale precisar que el Comité de Emergencia del Reglamento Sanitario Internacional de la OMS discutió la pandemia el jueves en su 15ª reunión sobre el COVID-19, y el director general del organismo, Tedros Adhanom Ghebreyesus, coincidió en que la declaración de emergencia de salud pública de interés internacional, o PHEIC, debería terminar.
De ahí que en una conferencia de prensa este viernes Tedros dijo “durante más de un año, la pandemia ha tenido una tendencia a la baja”, y luego detalló “esta tendencia permitió que la mayoría de los países vuelvan a la vida como la conocíamos antes del COVID-19″, a lo que añadió, “ayer, el comité de emergencia se reunió por decimoquinta vez y me recomendó que declarara el fin de la emergencia de salud pública de interés internacional. Acepté ese consejo”.
Es de relevancia recordar que la organización declaró el brote de coronavirus como una emergencia de salud pública de interés internacional en enero de 2020, unas seis semanas antes de caracterizarlo como una pandemia.
Asimismo se explica que un PHEIC crea un acuerdo entre países para cumplir con las recomendaciones de la OMS para el manejo de la emergencia; y cada país, a su vez, declara su propia emergencia de salud pública, declaraciones que tienen peso legal; y los países los usan para reunir recursos y prescindir de reglas para aliviar una crisis.
En el caso de Estados Unidos se adelantó que está listo para dejar que su emergencia de salud pública de covid-19 termine el 11 de mayo.
En general se informa que ha habido más de 765 millones de casos confirmados de COVID-19 desde el comienzo de la pandemia, según datos de la OMS; casi 7 millones de personas murieron hasta ahora; Europa tuvo la mayor cantidad de casos confirmados en general, pero el continente americano informó la mayor cantidad de muertes.
Aproximadamente 1 de cada 6 muertes totales ocurrieron en EE.UU.; los casos alcanzaron su punto máximo en diciembre de 2022 cuando la subvariante ómicron se extendió por todo el mundo y azotó con particular fuerza al Pacífico occidental; aunque se administraron miles de millones de dosis de vacunas en todo el mundo, y las muertes se han mantenido muy por debajo de los picos anteriores.
Ahora, los casos y muertes de COVID-19 son los más bajos en tres años; no obstante más de 3.500 personas murieron en la última semana de abril y miles de millones siguen sin vacunarse.
Al respecto Tedros dijo que, de ser necesario, no dudaría en convocar otra reunión del comité de emergencia y declarar una emergencia de salud global nuevamente si hay un aumento significativo en los casos o muertes por COVID-19 en el futuro.
Luego menciona “el COVID-19 ha dejado y continúa dejando profundas cicatrices en nuestro mundo. Esas cicatrices deben servir como un recordatorio permanente del potencial de que surjan nuevos virus con consecuencias devastadoras”.
Para culminar Tedros mencionó “una de las mayores tragedias del covid-19 es que no tenía por qué ser así. Tenemos las herramientas y tecnologías para prepararnos mejor para las pandemias, detectarlas antes, responderlas más rápido y comunicar sus impacto. Pero a nivel mundial, la falta de coordinación, la falta de equidad y la falta de solidaridad significaron que esas herramientas no se usaron tan efectivamente como podrían haber sido”, y añade “debemos prometernos a nosotros mismos y a nuestros hijos y nietos que nunca volveremos a cometer esos errores”.
*Con información de CNN.