Nicolás Petro Burgos, primogénito del presidente de Colombia, Gustavo Petro, se apoyó en el apellido paterno para entrar en la política, pero una investigación en su contra por lavado de dinero y enriquecimiento ilícito lo convirtió en el primer hijo de un mandatario colombiano en ir a la cárcel.
Petro Burgos, de 37 años de edad y diputado de la Asamblea del Departamento del Atlántico, fue detenido este sábado por la Fiscalía, que también arrestó a su exesposa Daysuris Vásquez, quien a comienzos de año lo acusó de recibir de un narcotraficante una alta suma de dinero para la campaña del hoy presidente y de quedarse con ese dinero.
Nicolás Petro nació en 1986 en Ciénaga de Oro -pueblo del departamento caribeño de Córdoba de donde también es oriundo el hoy presidente- de su unión con Katia Burgos, una joven con la que compartió militancia en el grupo guerrillero Movimiento 19 de Abril (M-19).
Por esa circunstancia, Petro Burgos en su niñez estuvo alejado de su padre y fue criado por la familia materna, un dato que el presidente utilizó en marzo pasado para desmarcarse de su primogénito cuando surgió la denuncia en su contra. “Él se crió en Córdoba (…) estudió allá e hizo su universidad allá, derecho; realmente nunca tuvimos la oportunidad de convivir, no lo crié, esa es la realidad“, dijo Petro en una entrevista con la revista Cambio.
En su libro “Una vida, muchas vidas” (Planeta), Petro, padre de seis hijos de tres uniones, cuenta que conoció a Nicolás cuando todavía era un bebé y él estaba preso en la cárcel La Picota, de Bogotá. “Fue muy extraño conocer a mi primer hijo en la cárcel, sabiendo que no lo volvería a ver en mucho tiempo“, relata Petro y añade que estuvo un año con él y con Katia Burgos “en Bucaramanga, en la clandestinidad“, pero por razones de seguridad se separó de ellos.
Inquietudes políticas
Según Petro, en la década del 90, cuando el M-19 se desmovilizó y él ya tenía una trayectoria política, Nicolás, siendo un muchacho, “empieza a acercarse más a mí” y le nota “inquietudes políticas, desde el punto de vista electoral, que ninguno de mis hijos ha tenido“.
Después de las elecciones presidenciales de 2018, en las cuales Gustavo Petro fue derrotado por Iván Duque, Nicolás Petro decidió disputar la Gobernación del Atlántico aprovechando el capital político de su padre en Barranquilla, capital de ese departamento, donde obtuvo la mayor votación.
De esta forma, en las elecciones regionales de 2019 se presentó como candidato de una coalición encabezada por la Colombia Humana, el movimiento fundado por el hoy presidente colombiano, pero perdió por más de 500.000 votos con Elsa Noguera, cercana a la familia Char que desde hace años manda en la política de Barranquilla y el Atlántico.
Sin embargo, por haber quedado en segundo lugar, el Estatuto de la Oposición le garantizó un escaño en la Asamblea del Atlántico, para el periodo 2020-2023.
Líos conyugales
Con su entrada en la política, Petro Burgos se convirtió en una figura conocida en Barranquilla donde en el mismo 2020 comenzó una relación con Day Vásquez quien el 7 de agosto de 2022, día de la posesión de Gustavo Petro, apareció en la fotografía de la familia presidencial como esposa del hijo mayor del mandatario.
Con información de Portafolio
La relación terminó a finales del año pasado y, en marzo de este año, Vásquez dijo en una entrevista con la revista Semana que el narcotraficante Samuel Santander Lopesierra, alias ‘el hombre Marlboro’, le entregó a Nicolás Petro “más de 600 millones de pesos (unos 153.000 dólares de hoy) para la campaña del papá“.
“Eso nunca llegó legalmente a la campaña (presidencial) porque él (Nicolás) se quedó con ese dinero, y así otros“, añadió la exesposa, según la cual el hijo del presidente también recibió 200 millones de pesos (unos 51.000 dólares) del controvertido empresario Alfonso ‘El Turco’ Hilsaca, que tampoco fueron a dar a la campaña.
Con base en esas declaraciones, la Fiscalía abrió una investigación que sorprendió al país con la captura del hijo mayor del presidente y de su exnuera. Al conocer la noticia, Petro dijo en un mensaje en Twitter que no intervendrá ni presionará a la Fiscalía por su hijo y, como si tuviera dudas sobre su inocencia, afirmó que le duele “tanta autodestrucción” y que ojalá Nicolás “pueda reflexionar sobre sus propios errores“.
Con información de Portafolio