Sobran estudiantes de energía renovables

Redacción

Ciudad de México.-Es una sugerencia. El calentamiento global es evidente y el planeta necesita reducir la quema de combustibles, pero quizá ya no conviene que ustedes estudien sobre energías renovables.

Es la recomendación a nivel de banqueta que puede extraerse de un estudio publicado en julio por la potente consultora estadounidense McKinsey.

Las personas más útiles están permanentemente entrenando para especializarse, pero visto desde un punto de vista microeconómico, prepararse para proyectos de generación de energías limpias puede enfrentarlos con una realidad: ya hay mucha gente con conocimientos sobre energía renovable y eficiencia energética.

Esos campos en específico tienen un superávit de individuos en el mercado laboral, un caso similar al que ocurre con el diseño gráfico, biología molecular y, curiosamente, la ‘teledetección’ o remote sensing, consistente en detectar las características de la Tierra con aviones y satélites para predecir el clima o rastrear el crecimiento de las ciudades.

Atención, todas las prácticas anteriores tienen alta demanda y buena perspectiva de crecimiento, por eso fueron incluidas en el estudio Technology Trends Outlook 2023 de McKinsey. Pero éstas en específico reúnen a más gente buscando trabajo que a empresas solicitando su talento.

¿Cuáles son las habilidades con más demanda en el campo laboral?

En la mayoría de las actividades de negocio mencionadas por Mckinsey en su estudio sucede lo contrario, hay más demanda que oferta de individuos profesionales especializados.

La lista de sectores deficitarios es amplia y llama la atención que en lo concerniente a tareas ambientales, lo que falta es gente que conozca las reglas a fondo y ayude con el papeleo.

En ese ámbito, las empresas necesitan gente que ayude con trabajo de regulatory compliance y la ‘administración de contratos’. En labores técnicas las empresas buscan específicamente a gente con conocimientos de energía fotovoltáica, falta personal especializado.

McKinsey ‘barrió’ listas de solicitudes de personal y analizó búsquedas en internet para llegar a un veredicto sobre los campos que más prometen en el ambiente tecnológico, que es el que mueve hoy en buena medida el destino de la economía mundial: “Las ofertas de trabajo para campos relacionados con las tendencias tecnológicas crecieron en 400 mil, entre 2021 y 2022, siendo la IA generativa la que creció más”.

Destaca también la inteligencia artificial aplicada, que utiliza el aprendizaje automático (ML) para resolver problemas, mejorando la eficiencia en sectores como el financiero y la atención sanitaria. Se entrena con millones de datos para hacer predicciones, lo que ofrece un inmenso valor económico, con una adopción cada vez mayor.

Le siguen el desarrollo de software, la computación en la nube y la perimetral o edge computing, relacionada con el procesamiento de datos cerca de su fuente con la ayuda de sensores o servidores, en lugar de hacerlo en centros de datos distantes. Mejora la privacidad y permite decisiones en tiempo, por ejemplo, para vehículos autónomos. Su importancia crece con el constante aumento de los dispositivos conectados.

Luego están la seguridad informática y las arquitecturas de confianza e identidad digital, que implica principios y tecnología para garantizar la confiabilidad de los sistemas digitales. Prioriza la privacidad de datos usando cifrado y controles de acceso.

McKinsey revela la necesidad de gente para el futuro de la movilidad en el sector automotor, las tecnologías de realidad inmersiva (¿ya vieron los nuevos lentes de Meta y Ray Ban?); la bioingeniería; las tecnologías espaciales (de las que publiqué la semana pasada en este espacio) y la tecnología cuántica, que aprovecha los principios de la mecánica cuántica para realizar cálculos complejos, comunicaciones seguras y sensores con una velocidad y precisión sin precedentes que promete avances en todas las industrias.

Todas esas tareas en el ámbito digital también podrán, por cierto, ayudar en tareas de reducción del calentamiento global con herramientas que aún no conocemos, pero que las computadoras podrían descubrir rápidamente. No es que el asunto pueda esperar.

Con información de El Financiero