Redacción
Ciudad de México.-La gente en el mundo asiste cada vez menos a los cines, y la tendencia es clara: hay que cambiar algo. Entre la competencia con los servicios de streaming, el cansancio de los miles de anuncios antes de comenzar la película y demás razones, a la taquilla se le dificulta cada vez más alcanzar los récords establecidos apenas hace cinco años.
Si bien es cierto que tras la pandemia algo cambió, también lo es que el enfoque económico de los cines no está ayudando a recuperar sus números. Aunque México podría ser uno de los países exentos a la regla, veamos cuáles son los problemas que hay globalmente y cuál es el caso de nuestro país.
Vamos de lleno. Uno de los principales problemas de los que se habla es el de los precios de los boletos. De acuerdo con declaraciones de Tom Rothman, directivo de Sony Motion Pictures, es menester mejorar la oferta en el precio de la taquilla.
“Hay una propuesta de valor en la fijación de precios para dos grupos que son importantes para nosotros. Los jóvenes están tratando de pagar el alquiler y no tienen muchos ingresos disponibles. Y el segundo segmento muy sensible al precio es el público familiar. Es demasiado caro llevar a toda la familia al cine en este momento, incluso si los niños entran a mitad de precio o lo que sea”.
Tom Rothman
La ciencia económica respalda lo dicho por Rothman. Un enfoque conocido como “tanteo walrasiano” (estudiado desde el siglo XVIII) sugiere que, tal como sucede con servicios como el transporte, la comida o el turismo, los precios dinámicos pueden ser una vía para solucionar el problema de los bajos números de asistencia al cine.
El precio en el mundo
Según datos de World of Statistics, página dedicada al cálculo de estadísticas en distintos ramos de interés, el precio promedio del boleto de cine en más de 40 países es de alrededor de 9.35 dólares, algo así como 172 pesos con el tipo de cambio actual. Asimismo, según su información, el precio promedio en los cines mexicanos es de 4.76 dólares, o aproximadamente 87 pesos.
Esto significaría que la taquilla mexicana cuesta casi un 50% menos que el promedio de la taquilla mundial, y eso que según lo compartido por World of Statistics, somos el duodécimo país más barato en cuanto al precio del boleto. Irán está a la cabeza en cuanto al precio, pues cada entrada ronda los 1.50 dólares, poco más de 27 pesos.
Aunque claro, todo tiene matices y el ingreso promedio que se tiene en México no se puede comparar con el salario percibido por la media en un país como Suiza, Dinamarca, Finlandia o Noruega. Curiosamente, los países escandinavos son los que mayor precio de boleto tienen por entrada, solo con Arabia Saudita colada entre los primeros lugares junto a ellos.
Según un reporte de Common Sense, los picos en taquilla alcanzados antes de la pandemia, y teniendo como principal protagonista la culminación de una década de construcción de mundo por parte del Universo Cinematográfico de Marvel, con Avengers: Endgame, no volvimos a ver un furor parecido. Salvo, claro, como bien señalan, por el súper popular Barbenheimer, que llenó de un aura llamativa los estrenos de la película de Barbie y de Oppenheimer.
Competencia con el streaming
Sumado al precio de la taquilla y a la perceptible desmotivación por ir al cine, se acopla también la competencia con los servicios de streaming. No hay que pensarlo tanto, es un hecho que pagamos una gran suma de dinero por todos los canales de esta índole, como lo son Netflix, Amazon Prime Video, Max o Disney+.
Al estar pagando tanto por esos servicios, es natural que uno se lo piense dos veces antes de asistir a los cines, donde regularmente no solo se paga la entrada, sino también los alimentos. Y es aquí que tengo que aceptarlo, así como muchas personas en el mundo, yo no puedo entrar a una sala de cine sin un gran bote de palomitas.
Quizás una nueva regulación en los precios, o la aplicación de tarifas dinámicas, sean una posible solución. Sin embargo, en materia económica hay que hacer muchos estudios y evaluaciones para dar en el clavo. Lo que sí es 100% cierto es que los números de taquilla van en declive, y algo se tiene que hacer para animar nuevamente al público a asistir a las salas.
Con información de Xakata