Redacción
Ciudad de México.-Bajo etiquetas como corporategirl o worklife, las redes sociales han empezado a inundarse de un giro hacia el retorno a la oficina impulsado por la Generación Z que no hemos visto venir. A diferencia de quienes apoyan el teletrabajo por la independencia que promete y todos sus beneficios relacionados, los jóvenes que se incorporan ahora al mercado laboral han encontrado una excusa para romantizar la vuelta a la oficina.
La Generación Z ha encontrado una excusa para volver a la oficina
Nacidos entre 1996 y 2012, gran parte de esos jóvenes de la Generación Z se enfrentaron a su primer trabajo durante la pandemia, por lo que haber nacido con el trabajo remoto como la norma en vez de la excepción, hace que vean la oficina como una novedad que les impulsa a salir de casa y romper con esa dinámica del teletrabajo. Es justo lo opuesto a quienes vivieron un antes y un después en aquella época y ahora no dudan en abrazar trabajar desde casa.
Mediante vídeos en los que glorifican el tener un cubículo o un escritorio propio más allá de su casa en compañía de colegas y amigos, decorándolos de forma rimbombante e incluso invirtiendo su propio dinero en acomodar su puesto de trabajo, hay quienes valoran esa experiencia de cambiar el hogar y el teletrabajo por una oficina de forma entusiasta.
Entre la celebración y la envidia que muestran algunos en los comentarios está también la otra cara, la de quienes llevan años viviendo esa experiencia y les alertan de que sentirse así de cómodo en el lugar de trabajo puede ser peligroso. Primero porque eso termina derivando en una implicación que muchas veces no se va a ver recompensada por el empleador y, en segundo lugar, porque realizar inversiones de ese calibre sienta un mal precedente dentro de la empresa.
Con información de 3D Juegos