Redacción
Ciudad de México.- Las Águilas del América volvieron a imponerse a Cruz Azul en una Liguilla, reafirmando su hegemonía sobre La Máquina con un triunfo 4-3 en el Estadio Ciudad de los Deportes.
No sin polémica, este resultado les asegura un lugar en la Final del Apertura 2024, donde buscarán hacer historia como el primer tricampeón en torneos cortos de la Liga MX.
El partido recordó otros episodios dolorosos para los cementeros, como las finales del Clausura 2024, Apertura 2018 y Clausura 2013, donde América también frustró sus aspiraciones al título.
En esta ocasión, los errores defensivos de Cruz Azul resultaron determinantes, mientras que el conjunto dirigido por André Jardine mostró la solidez y efectividad que lo caracteriza.
Desde el inicio, América impuso su estrategia táctica con un mediocampo reforzado y una línea defensiva de cinco hombres que neutralizó a los creativos cruzazulinos, como Lorenzo Faravelli y Luis Romo, este último con una actuación para el olvido.
En ataque, las Águilas no perdonaron. Alejandro Zendejas abrió el marcador al minuto 15 tras un error en la salida celeste. Ya en el segundo tiempo, Richard Sánchez amplió la ventaja con un potente disparo desde tres cuartos de cancha, aprovechando otra desconcentración de la zaga rival.
Cruz Azul respondió con goles de Ignacio Rivero, Gabriel Fernández y Amaury Morales, llegando a empatar el marcador 3-3 y generando esperanza en su afición. Sin embargo, la defensa volvió a fallar.
Ramón Juárez aprovechó un descuido en un tiro de esquina para poner el 3-1, y en el tiempo de compensación, un penal cometido por Rodolfo Rotondi sobre Erick Sánchez sentenció el encuentro.
Rodrigo Aguirre convirtió desde los once pasos, asegurando el pase americanista a la Final.
Y al final vino el desaguisado luego de que Adonai Escobedo el árbitro aguascalentense inexplicablemente no marcó un claro penal a favor de Cruz Azul cuando se jugaba la compensación luego de Araujo dio un empellón por la espalda dentro del área al atacante uruguayo celeste, Gabriel Fernández e incluso termino pisándolo en la cabeza, lo que provocó una ola de protestas hacia el nazareno, que no corrigió en perjuicio del onceno dirigido por Martín Anselmi.