Conoce a Ana Angélica, candidata a Reina de la FNSM 2025

Soy Ana Angélica Salas Flores, hija de Ana y Octavio y la mayor de cuatro hermanos.
Desde pequeña, he sentido una profunda responsabilidad de ser un ejemplo para mis hermanos, de guiarlos y apoyarlos para que alcancen sus sueños y metas. Siempre he buscado impulsarlos a creer en sí mismos y en lo que pueden lograr, como una manera de devolver todo el amor y sacrificio que mis padres me han dado.

Actualmente, estoy cursando la Maestría en Administración de Negocios en la Universidad Británica, una decisión que tomé con el corazón lleno de ilusión. Creo firmemente que esta maestría complementará mi carrera como arquitecta, una profesión que me apasiona profundamente. Para mí, la arquitectura no es solo un diseño, es una forma de conectar con las personas, de crear espacios que no solo sean funcionales, sino que también tengan el poder de transformar la vida de quienes los habitan. Me enamora la idea de que cada espacio cuenta una historia, la historia de las personas que lo viven, reflejando sus costumbres, sus sueños, sus valores. Cada proyecto, cada construcción, es una oportunidad de dejar una huella positiva en el mundo y en las vidas de los demás.

Mis principales pasatiempos son andar en bicicleta y bailar, dos actividades que me permiten sentirme libre y plena, disfrutando de la energía que me transmiten, pero una de las experiencias más enriquecedoras que he vivido es el tiempo que he dedicado a ser voluntaria en Bomberos Municipales.

Los domingos solía ir con todo el corazón a apoyar en diferentes prácticas y colaborar en los servicios de emergencias. Cada momento allí me ha dejado una huella profunda, porque más allá de las tareas, lo que más me ha tocado es saber que, con mi pequeña contribución, podía hacer una diferencia en la vida de alguien. Ayudar, servir, y estar al lado de quienes más lo necesitan es algo que me llena el corazón de una manera indescriptible, recordándome lo afortunada que soy de poder dar algo de mí a los demás.

El color que me identifica es el azul, el color del cielo que me inspira cada día. Para mí, el azul simboliza la esperanza, representa la armonía, el equilibrio que buscamos en cada paso que damos, y el positivismo que nos impulsa a seguir adelante sin importar los desafíos.

Mi proyecto se llama “Corazón Azul” Construyamos un lugar para soñar.
En la Ciudad de los Niños, quiero marcar una diferencia real en la vida de las y los pequeños que residen aquí. Sabemos que un entorno cálido, seguro y agradable puede influir significativamente en su desarrollo, autoestima y felicidad.

Por eso, he emprendido un proyecto especial: remodelar el dormitorio y crear un espacio digno, seguro y acogedor que fomente el bienestar, la autoestima y el desarrollo integral de los pequeños en la Ciudad de los Niños, contribuyendo a su felicidad y crecimiento personal, este proyecto también incluye el diseño de un mural para que todos los días al despertar puedan verlo y comenzar con energía su día a día, es un proyecto que me emociona mucho, poder dejar algo de mí en la “Ciudad de los Niños” para las futuras generaciones .


Si tuviera la oportunidad de ser reina, me gustaría ser recordada como una mujer que abrió su corazón a los demás. Una reina al servicio de su comunidad, siempre dispuesta a tender una mano y escuchar las necesidades de los más vulnerables. Quiero que me recuerden como alguien humilde, sencilla y empática, que supo conectar con la gente y dejar una huella en sus corazones. Una mujer que, con cada acción, demostró que la verdadera grandeza reside en servir a los demás y en construir un futuro mejor para todos.