Redacción
EU.-Las hormigas muestran un comportamiento más agresivo hacia sus congéneres de un nido específico después de sufrir ataques previos por parte de integrantes de ese mismo nido.
Un equipo de biólogos evolutivos de la Universidad de Friburgo demostró que las hormigas aprenden de la experiencia, tras enfrentarlas en un experimento con competidoras de otros nidos.
Dirigidos por el Dr. Volker Nehring, investigador del grupo de Biología Evolutiva y Ecología Animal, los científicos comprobaron que las hormigas recuerdan las experiencias negativas de estos encuentros.
Cuando enfrentaron a hormigas de un nido identificado previamente como agresivo, respondieron con mayor agresividad que ante hormigas de nidos desconocidos. En cambio, al encontrarse con hormigas pasivas de un nido conocido, mostraron menos agresividad. Los resultados aparecen publicados en Current Biology.
Las hormigas distinguen a los miembros de su propio nido y a los de otros nidos a través de olores, ya que cada nido posee un olor específico. Estudios anteriores demostraron que las hormigas atacan más a vecinas cercanas. Estas abren sus mandíbulas, muerden, rocían ácido o incluso matan a sus competidoras. Contra nidos más alejados, sus reacciones suelen ser menos violentas.
El equipo de Nehring descubrió que las hormigas recuerdan el olor de sus atacantes, lo que explica la agresividad hacia competidores de nidos conocidos.
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En un experimento de dos fases, las hormigas adquirieron distintas experiencias. En la primera fase, un grupo enfrentó hormigas de su propio nido, otro enfrentó hormigas agresivas del nido rival A, y un tercer grupo enfrentó hormigas agresivas del nido rival B. Los encuentros, de un minuto cada uno, se realizaron en cinco días consecutivos.
En la segunda fase, los investigadores observaron cómo se comportaban frente a competidoras del nido A. Las hormigas con encuentros previos contra integrantes agresivas del nido A reaccionaron con mayor agresividad que los otros grupos.
Para analizar cómo influye el comportamiento de las competidoras en la agresividad, los científicos repitieron el experimento, diferenciando encuentros con hormigas agresivas y pasivas. A las pasivas se les cortaron las antenas para garantizar un comportamiento tranquilo. Las hormigas que solo enfrentaron competidoras pasivas respondieron de forma menos agresiva en la segunda fase.
Hay 2.5 millones de hormigas por cada humano, concluye estudio
“Pensamos que los insectos actúan como robots preprogramados”, afirmó Nehring. “Nuestro estudio demuestra que las hormigas aprenden de sus experiencias y guardan rencor”.
El equipo investigará si las hormigas ajustan sus receptores olfativos según sus vivencias y cómo reflejan lo aprendido a ese nivel.
Con información de Europa Press.
N. de la R. Este estudio refuerza la comprensión de los insectos sociales como organismos con capacidades cognitivas más complejas de lo que se pensaba previamente. La investigación publicada en Current Biology subraya que las hormigas pueden procesar información basada en experiencias pasadas, especialmente en contextos de conflicto intergrupal.
Datos relevantes:
Identificación por olores: La capacidad de las hormigas para reconocer a sus congéneres y competidoras mediante señales químicas, específicamente olores únicos asociados a cada colonia, ya se había establecido en investigaciones previas. Este estudio demuestra que esta habilidad se complementa con una memoria asociativa que distingue entre experiencias positivas y negativas.
Implicaciones evolutivas: La agresividad ajustada según el historial de interacciones podría ser una estrategia evolutiva para optimizar recursos defensivos, evitando conflictos innecesarios con nidos pasivos y priorizando la defensa frente a nidos agresivos.
Corte de antenas y comportamiento pasivo: El método experimental de cortar las antenas a las hormigas pasivas para asegurar su tranquilidad plantea preguntas éticas sobre la interferencia en el comportamiento animal en estudios científicos.
En un contexto más amplio, el hallazgo de que hay 2.5 millones de hormigas por cada humano en el mundo, como sugiere otro estudio reciente, subraya la importancia ecológica de estos insectos y la necesidad de comprender sus dinámicas sociales. Estas investigaciones podrían tener aplicaciones en campos como la robótica, donde el comportamiento colectivo y adaptativo de las hormigas sirve como modelo para sistemas inteligentes.
Con información de Excélsior