Revolución TRESPUNTOCERO
Por: Emma Martínez / 1 diciembre, 2015
Aguascalientes.- “No voy a denunciar porque tengo miedo. Es más yo ni debería estar hablando con medios de comunicación. Mañana podría amanecer degollada, o quién sabe dónde, como mi hija.
Ella tenía una amiga, en el vecindario decían que estaba dentro del narco, pero nunca lo creí. Esa muchacha decía que era de la frontera norte, nunca supe si era verdad, pero ella fue la última persona que vio a mi hija, porque ella fue quien la sacó de la casa para ir a dizque conseguir trabajo.
Hace meses que no sé de mi hija, pero a mí me dijeron que esa muchacha se la llevó a la fuerza, que las vieron una noche discutiendo y no dejaba que mi hija diera un paso con rumbo a su casa. Ella pudo habérsela llevado. Muchos jóvenes han sido reclutados por la fuerza. El narco los usa como mulitas en el río bravo, sacan la droga, la entregan y regresan por más, la nueva esclavitud.
Yo quería ir a denunciar, pero conozco a alguien que le arrebataron a su hijo. Iba saliendo de la secundaria, fue a la policía y le dijeron que el muchacho estaba drogado, que seguro tenían drogas en su casa y que le iban a dar la oportunidad que se fuera. Si volvía irían a su casa a catearla y acusarlo de narcotraficante. El señor no volvió jamás, yo de tonta denuncio”, asegura a Revolución TRESPUNTOCERO Idalia, madre cuya hija de 16 años fue víctima de desaparición forzada en Aguascalientes.
Ella asegura que “aquí el narco se lleva a los jóvenes, o si no los policías los detienen para hacerlos pasar por delincuentes, pero lo que se les pasa son los golpes y los terminan matando, esconden los cadáveres y listo, no hay muerto. Pocos reclaman porque somos gente humilde que nada puede hacer, no es que queramos dar lástima, es que el gobierno nos ha catalogado así y es así como se nos trata siempre”.
José María García, activista y defensor de los derechos humanos de los familiares de víctimas desaparecidas, asegura a Revolución TRESPUNTOCERO que “se vive un calvario en el estado. Las autoridades reprimen a quien denuncia y amenazan a quien si quiera piensa en hacerlo. Todos somos víctimas, a todos nos dañan. Quieren mantener el secreto a voces, cuando sabemos que en Aguascalientes se vive un alza de desapariciones forzadas inminente y difícil de ocultar”.
Él asegura que existen distintos casos, todos urgentes y ninguno atendido, como el de la madre que pidió apoyo al gobierno, a la fiscalía y a la ciudadanía para encontrar a su persona desaparecida, pero sus esfuerzos han sido en vano, ya que en varias ocasiones ha declarado que su hija está enferma de epilepsia autofria cerebral y esquizofrenia, pero ni así se ha dado una investigación profunda, incluso ni porque asegura que puede hacerse daño o dañar a una persona.
Por su parte, el Observatorio de Violencia Social y de Género corroboró “el incremento excesivo y preocupante de desaparición de jóvenes”, en su mayoría mujeres, “quienes pueden estar siendo abusadas sexualmente y luego asesinadas o usadas por el narcotráfico para distintas actividades ilícitas en contra de su voluntad”, puntualiza García.
El Observatorio ha tenido un alto acercamiento de familiares de jóvenes desaparecidas, algunas con meses y años sin localización. El organismo asegura que pese a que las autoridades asumen que existe un alza, los casos se quedan sin resolver, los familiares casi nunca reciben explicaciones o datos y finalmente no existe justicia.
Mariana Ávila, coordinadora del Observatorio asegura que en los distintos casos, los familiares ya han pasado por un proceso frustrante donde no solamente han perdido a sus jóvenes, sino que ya han sido revictimizados y encontrarse constantemente con las puertas cerradas.
“En los últimos meses también las autoridades han intentado desentenderse de sus obligaciones asegurando que han sido casos de índole familiar los que han provocado que no haya justicia, porque no se toman como desaparición forzada, sino voluntaria, lo cual es injusto porque el sufrimiento se hace cada vez mayor, en Aguascalientes que un joven se pierda y que los padres salgan a denunciar o se queden en sus casas viendo telenovelas, da exactamente lo mismo, el gobierno y los funcionarios son sordos y ciegos”, comenta García.
En días pasados cientos de familiares de desaparecidos salieron a las calles para exigir justicia, Adelaida recordó a Revolución TRESPUNTOCERO, la manifestación y la frustración de ver que “éramos cientos y todos nosotros hemos acudido una o más veces por justicia a alguna autoridad y si ni uno solo ha tenido suerte que se le atienda, entonces mi hija de 15 años -quien salió a comprar a la tienda a dos cuadras de la casa y nunca más volvió- se quedará en el desconocimiento de las autoridades, no tenemos para dónde hacernos, estamos ahogándonos y nadie nos rescata. Esto no es cuestión de ser pobres o ricos, es cuestión de tener autoridades y gobierno estatal y federal que llegaron a saquear al país y al estado, lo demás no cuenta”.
Las desapariciones forzadas de aquella entidad no solamente corresponden al narcotráfico, también se le ha ligado con estas a la policía ministerial, ya que según informes de la Comisión Estatal de Derechos Humanos, existen siete casos de ausencia forzada, relacionada con agentes de dicha dependencia.
Quienes pudieron haber privado de la libertad a víctimas por días o por semanas, por lo que ya se habría emitido una recomendación. Sin embargo, los familiares de las víctimas, aseguran que “la policía y el narco son intocables, aquí los únicos que desaparecen somos el pueblo”.
Según investigaciones del Centro Estatal de Desarrollo para el Adolescente (CEDA), existe una red delincuencial que trabaja en Aguascalientes, Michoacán, Guerrero y Querétaro; hombres adultos localizan a muchachas y adolescentes con problemáticas diversas y las raptan para obligarlas a vender artículos robados o piratas, además de droga.