Gilberto Valadez
Aguascalientes, Ags.- Apenas arrancando labores, la nueva dirigencia del PAN estatal ha generado numerosas dudas debido a controversias legales y los vínculos que envuelven a sus principales cabezas.
Es el caso de Javier Luévano Núñez, nuevo presidente del comité estatal que afronta una denuncia por supuestas amenazas a un legislador federal. Sumado a que arrastra una controversia desfavorable cuando se presentó falsamente como representante indígena para reelegirse en el Congreso de la Unión.
Sumado a ello, se encuentra Paloma Amézquita Carreón, elegida secretaria general, bajo un largo historial de apoyar a agrupaciones ultraconservadoras como el Frente Nacional de la Familia y enfrentarse a colectivos por la diversidad sexual.
El falso indígena
Ex alcalde de Calvillo en 2013 y ex secretario general de gobierno en 2016, Luévano Núñez dio un paso más en su carrera política cuando luego de las votaciones de 2018 fue electo diputado por el primer distrito federal del estado.
No obstante, para los comicios de este 2021 y con la posibilidad de ser reelecto, Javier Luévano intentó una jugada de alto riesgo. Se presentó como descendiente chicahual para contener entonces como representante de una etnia indígena ante el Legislativo.
La postulación del ex alcalde de Calvillo como diputado indígena fue defendida inclusive por Gustavo Báez Leos, entonces dirigente local del panismo. “Yo lo que te puedo decir es que, al día de hoy, Javier Luévano es candidato y se encuentra firme en la lista al día de hoy”, dijo Báez el pasado 27 de abril.
A las pocas semanas, el 13 de mayo el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación rechazó los argumentos para sostener la candidatura a Luévano, considerando que no representaba una etnia como se había postulado.
Un día después, el calvillense dobló las manos en una conferencia de medios, pero con un anuncio. “Vendrán proyectos en el futuro y hay Javier Luévano para rato”.
Denuncias y más denuncias
Ese nuevo proyecto fue la dirigencia estatal del partido, en donde inicialmente Luévano entraría en una contienda con Alfonso Jurado, ambos registrados con diferentes planillas para el proceso de renovación en la cúpula blanquiazul.
No obstante, en pleno proceso interno, Jurado renunció de manera inopinada a sus aspiraciones y dejó al ex diputado federal como aspirante único y virtual presidente; causando inconformidad en un sector de la militancia.
Pero cuando ni siquiera había tomado protesta como presidente estatal del PAN, Luévano ya entraba en diversas polémicas.
Primero el 9 de noviembre último, los abogados Carlos Alvarado Garza y Alberto Mier Domínguez anunciaron una denuncia en contra del ex legislador federal, a quien acusaron por falsificación de documentos cuando pretendió reelegirse como diputad de una etnia indígena. “Es un hecho bochornoso y creemos que no se puede pasar por alto si pretendes dirigir los hilos del partido que nos ha gobernado desde hace un rato”, declararon los litigantes, que en su momento negaron pertenecer al PAN.
Todavía en el pasado noviembre, el diputado federal Roberto Valenzuela Corral presentó una denuncia de manera formal en la Fiscalía contra Javier Luévano por presuntamente haberle extorsionado y amenazarle después que renunció a la bancada del PAN para sumarse al grupo de Morena.
Luévano finalmente tomó las riendas del partido, pero los hechos recientes causaron molestia en el ala panista que no le apoyó. El 1 de diciembre la diputada local del blanquiazul Nancy Gutiérrez reconoció públicamente que no hay confianza en la nueva dirigencia del partido.
“Yo siempre lo he dicho. Nunca fue mi candidato, fue candidato único, no dejaron que hubiera competencia y ahí están los resultados. Son graves las acusaciones y yo espero que Javier salga bien por el partido y por él mismo”, declaró Gutiérrez.
Igualmente hay dos denuncias ante órganos internos y externos de los militantes Leticia Ramírez y Manuel Cortina en contra de Luévano por considerar que violó las normas internas al no tener honorabilidad luego de haber mentido cuando quiso ser diputado “indígena”.
La sombra de la ultraderecha
Votada dos veces como legisladora estatal, la nueva secretaria general del panismo Paloma Amézquita se ganó numeras controversias por su cercanía con la agrupación ultraconservadora Frente Nacional de la Familia, a quien apoyó en conferencias de prensa compartiendo mesa con el ex vocero Juan Dabdoub Diacoman, o hasta participando en foros del obispado local.
De esta manera, la panista pronto se enfrentó con agrupaciones de la diversidad sexual cuando el 8 de mayo de 2017 rechazó a la posibilidad de que parejas entre personas del mismo sexo pudieran adoptar niños en Aguascalientes. Luego, criticó abiertamente al PRD –hoy aliado del PAN- por defender un concepto abierto de más familias, en contra del modelo tradicional.
Sin embargo, la mayor controversia de Amézquita se derivó en su impulso a la llamado Ley Provida, que buscaba reformar la Constitución local para blindar la vida “desde la fecundación”. Un primer intento fallido se generó en la sesión ordinaria del Congreso del 27 de diciembre de 2018.
Aunque no se pudieron sumar los votos suficientes para ser una reforma constitucional, Amézquita en su calidad de presidenta de la mesa directiva, apareció con un pañuelo azul: símbolo del Frente de la Familia.
Paloma Amézquita y la bancada del PAN retomaron la iniciativa el 12 de febrero último, consiguiendo en esa oportunidad los sufragios necesarios para ser avalado ante el pleno.
También como diputada, Amézquita defendió el Pin Parental, creación de la agrupación española de extrema derecha Vox, y que luego fue declarado inconstitucional por la Suprema Corte de Justicia.