Redacción
EU.-La noche se tiñe de rojo, la luna deja su habitual resplandor plateado y, por unas horas, parece transformarse en un presagio de otro mundo. Pero, ¿por qué llaman “luna de sangre” al Eclipse Lunar Total?
La respuesta está en la interacción de la luz, la atmósfera terrestre y un sinfín de mitos que han convertido este evento en una de las manifestaciones astronómicas más fascinantes.
Este fenómeno, que la NASA ha estudiado en profundidad, ocurre cuando la Tierra se interpone entre el Sol y la Luna, cubriendo por completo a nuestro satélite con su sombra. Sin embargo, en lugar de desaparecer en la oscuridad, la Luna se torna rojiza, dando origen al nombre que, por siglos, ha despertado asombro y superstición.
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Esta es la razón por la que al eclipse total de luna se le llama “luna de sangre”
A simple vista, la transformación es impactante. La Luna no desaparece, sino que adopta un tono rojo intenso, casi como si ardiera en el cielo. Pero, lejos de ser un fenómeno sobrenatural, este color tiene una explicación científica.
Cuando la Tierra bloquea la luz solar directa durante un Eclipse Lunar Total, parte de la luz sigue llegando a la Luna, pero pasa primero por la atmósfera terrestre. Aquí ocurre el mismo efecto que pinta de rojo el amanecer y el atardecer: la luz azul se dispersa y solo las longitudes de onda más largas, es decir, las rojas y naranjas, logran atravesar la atmósfera y llegar hasta la Luna.
Cuánto más polvo, contaminación o partículas haya en la atmósfera, más intensa será la tonalidad roja de la Luna. Por eso, cada eclipse es único: algunos lucen como un rojo profundo, casi cobrizo, mientras que otros apenas adquieren un tono anaranjado tenue.
¿Por qué la Luna se pinta de rojo?
La clave está en un proceso llamado dispersión de Rayleigh, el mismo que explica por qué el cielo es azul durante el día. Cuando la luz del Sol pasa a través de la atmósfera terrestre, las partículas de aire dispersan las ondas más cortas (azules y violetas) y dejan pasar las más largas (rojas y naranjas).
En un Eclipse Lunar Total, la única luz que llega a la Luna es la que ha atravesado la atmósfera terrestre, y en ese viaje, ha sido filtrada hasta quedarse con su característico resplandor rojizo.
Dependiendo de las condiciones atmosféricas, la intensidad del rojo puede variar. Por ejemplo:
- Si hay muchas partículas en la atmósfera (polvo, cenizas volcánicas o contaminación), la Luna puede verse de un rojo oscuro e intenso.
- Si la atmósfera está más limpia, el color será más tenue, acercándose a un naranja brillante.
Los eclipses han sido observados desde la antigüedad con una mezcla de admiración y temor.
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Leyendas en torno a la luna de sangre
Desde tiempos remotos, la humanidad ha mirado al cielo en busca de respuestas, y la luna de sangre no ha sido la excepción. Muchas culturas han visto en este fenómeno un presagio de cambio, mal augurio o incluso el enfado de los dioses.
- Los incas creían que la Luna estaba siendo devorada por un jaguar cósmico y realizaban rituales para asustar a la bestia.
- En la Edad Media, los eclipses lunares eran considerados señales de desgracias inminentes, como guerras o pestes.
- Algunas profecías bíblicas mencionan a la Luna tornándose roja como una señal del “fin de los tiempos”.
- Para los mayas, el eclipse representaba una lucha entre el Sol y la Luna, y se creía que las mujeres embarazadas debían protegerse para evitar malformaciones en sus hijos.
Pero no todo es superstición. En la actualidad, la luna de sangre sigue cautivando al mundo, pero con una mirada científica. No es un presagio de caos, sino una oportunidad única para observar el cosmos en acción.
Un Eclipse Lunar Total es más que un simple cambio de color en el cielo. Es la manifestación visible de cómo nuestro planeta, la luz y la atmósfera interactúan en perfecta sincronía.
Así que cuando la Luna se pinte de rojo nuevamente, no busques señales del fin del mundo. Solo levanta la vista y disfruta de la magia del universo en acción.
Con información de Excélsior