Veo Verde
Chile.- De acuerdo a los científicos, los únicos dinosaurios que aún se mantienen en el planeta son las aves. Si bien en un principio había escépticos a esta teoría, su particular anatomía y huesos similares a los fósiles encontrados en distintas partes del mundo han sido claves para que estos animales sean foco de estudio y, así, comprender su proceso evolutivo.
Esta finalidad fue lo que motivó a un grupo de investigadores de la Universidad de Chile, quienes lograron alterar los embriones de ave para desarrollar patas similares a las de los gigantes prehistóricos, según detalla el medioLa Tercera.
Sin embargo, esta no es la primera investigación que se ha hecho en torno a los pollos. Anteriormente, un grupo de investigadores a fines de 2015 logró modificar varios embriones para cambiar el pico por algo parecido al hocico de un dinosaurio.
El objetivo de ambos equipos es estudiar el proceso biológico que hizo que los dinosaurios lentamente evolucionaran hacia las aves que conocemos hoy en día.
Si bien esto es parte de una investigación científica, no deja de sorprender que los pollos se han convertido en víctimas de este tipo de experimentos o de maltratos en la industria avícola. De hecho, hace algunas semanas conocimos la denuncia de Animal Equality, en el cual la organización publicó una secuencia de imágenes que revelaron el horrible proceso de producción de carne de pollo y el terrible trato que reciben estos animales.
Patas de Archaeopteryx
Alexander Vargas, uno de los autores del estudio, hicieron una reversión experimental, modificando la expresión genética de embriones de pollo. Para esto, los científicos inhibieron con ciclopamina la maduración del gen “Indian Hedgehog Homolog” (IHH), proteína que tiene relación directa con la maduración del esqueleto del embrión.
De acuerdo al análisis que fue publicado por la revista Evolution, esto permitió ralentizar la expresión del gen y, como consecuencia, lo que tuvo como efecto que esta parte de la pierna no madurara tan rápido, logrando que el hueso no fuese una púa sino que quedará igual como la de un Archaeopteryx, un ave primitiva que existió hace 150 millones de años.
Es así como los investigadores descubrieron que al detener el desarrollo del embrión – aproximadamente a los 10 o 12 días como máximo – los pollos mantuvieron largo el peroné tubular, logrando conectar con el tobillo.