Francisco Espinosa
Aguascalientes, Ags.- Rozando el fanatismo, 550 mujeres se dieron el gusto de tomarse una foto con Felipe Calderón Hinojosa, expresidente de México, quien estuvo presente en el arranque de campaña de Martín Orozco Sandoval y Tere Jiménez, candidatos del Partido Acción Nacional (PAN) a la gubernatura y alcaldía capital, respectivamente.
El salón Villa Alameda del hotel Fiesta Americana de la zona centro de esta ciudad, se vistió de gala matutina con un desayuno solo para mujeres, quienes tras escuchar a los candidatos y al expresidente, se levantaron de sus sillas celular en mano acercándose al estrado.
Una a una o en grupo, saludaban a uno de los símbolos panistas más venerados de las últimas décadas. Él, con el semblante de siempre –ojos cansados y serio-, abrazaba a las entusiastas mientras veía fijamente al celular. A un costado, casi queriéndose meter a una fiesta privada, Martín Orozco, mucho más sonriente, completaba el marco blanquiazul. En una práctica que inauguró el Partido Revolucionario Institucional (PRI) –sobre todo con Enrique Peña Nieto-, el expresidente Calderón Hinojosa aguantó firme casi 45 minutos de una fila constante.
Sin embargo, víctimas de pulso nervioso y la sensibilidad de los celulares, tras tomarse la foto y agradecerle al líder panista por su tiempo, se daban cuenta que la imagen por la que tanto habían esperado simplemente salía borrosa. Llenas de frustración, se rehusaban a rendirse en su cometido y sin más, volvían a formarse en una fila que de por sí ya estaba aglomerada.
Felipe Calderón Hinojosa llegó a Aguascalientes para respaldar una campaña política. A su lado, Martín Orozco Sandoval, líder de un proyecto blanquiazul a nivel local, se sintió protegido por la presencia de quién se ha convertido en un ídolo para los panistas quienes algunos, sin titubear, lo llaman el mejor presidente en la historia del país. Al final, más allá de un baño de masas, el post-desayuno se convirtió en un frenesí visto constantemente en conciertos.
En medio del salón, casi estorbando a los meseros quienes se ocupaba de desmantelar las mesas y sillas, la fila de mujeres ordenada que de a poco subía al estrado fue la radiografía perfecta del sentir nacional –y local- del PAN. La figura de Calderón Hinojosa es el último estandarte de una ideología cada vez más criticada por quienes la acusan de ser doble moral. Por eso, Orozco Sandoval, estuvo siempre a su lado, aunque él no se haya sentido invitado a rutina fotográfica. Ávido y lleno de confianza, el PAN arrancó una carrera de ocho semanas cobijado por su último gran ídolo, con quien había que tener una foto que no debía salir borrosa.