Redacción
Este año ha marcado un antes y un después en el mundo del mountain bike con la llegada de suspensiones electrónicas inalámbricas. Dos de los mayores fabricantes de ciclismo, RockShox y Fox, han lanzado al mercado sus sistemas de suspensión avanzados sin cables: el Flight Attendant de RockShox y el Live Valve Neo de Fox, ampliando la competencia por una conducción precisa y personalizada.
RockShox Flight Attendant: Tecnología para XC y más
RockShox fue el primero en presentar su sistema de suspensión electrónica sin cables en marzo, adaptándolo al cross-country (XC) y trayendo notables mejoras. El Flight Attendant se conecta con los componentes de transmisión de SRAM, como el potenciómetro AXS, lo que permite ajustar la suspensión de acuerdo con el pedaleo y el terreno en tiempo real.
Este sistema incorpora una centralita en la horquilla y el amortiguador, que recopilan datos del ciclista, incluyendo la potencia y el tipo de pedaleo, para optimizar la respuesta de la suspensión. Además, ofrece tres modos de uso: automático, manual y el llamado “Override” que permite cambiar rápidamente entre configuraciones. El Flight Attendant, junto con el modo “Adaptative Ride Dynamics” de SRAM, ajusta la suspensión de acuerdo a la técnica de cada ciclista, adaptándose a su estilo y ritmo.
Fox Live Valve Neo: Control y rapidez para suspensión trasera
A finales de septiembre, Fox entró en escena con su nuevo Live Valve, rebautizado como Neo. Diseñado exclusivamente para el amortiguador trasero, el sistema es notable por su velocidad de ajuste, que toma decisiones en tan solo 1 milisegundo, cinco veces más rápido que su competidor. Esta velocidad es una ventaja en situaciones donde se requiere un cambio rápido entre superficies irregulares y lisas, gracias a sus sensores inalámbricos en las pinzas de freno.
El Live Valve Neo cuenta con una app que permite configurar la suspensión, y ofrece dos modos automáticos ajustables para bloquear o abrir el amortiguador según el terreno. La respuesta de la suspensión en transiciones rápidas y su fácil instalación lo hacen atractivo para ciclistas que prefieren una configuración sencilla y eficaz.
Comparativa: Peso, autonomía y precios
Ambos sistemas agregan peso extra a las bicicletas en comparación con las suspensiones tradicionales. El Live Valve Neo pesa 669 gramos, mientras que el Flight Attendant aumenta 220 gramos con su configuración para XC. En autonomía, el sistema de Fox depende de una batería recargable que dura 20 horas, mientras que RockShox usa baterías SRAM AXS con una duración de hasta 30 horas, complementadas con una pila AAA para el sensor de pedaleo.
En cuanto a precios, el sistema Fox Live Valve Neo ronda los 1,390 € para el amortiguador Float X de aire y 1,320 € para el modelo DHX de muelle, con un kit de sensores por 590 €. RockShox, por otro lado, ofrece varias horquillas y amortiguadores con el Flight Attendant, comenzando desde 1,499 € en modelos XC y alcanzando 1,799 € en gamas más altas para Enduro.
Conclusión: ¿Fox o RockShox?
Ambos sistemas tienen ventajas según el tipo de ciclista y sus necesidades. El Fox Live Valve Neo sobresale en rapidez y simplicidad, ideal para quienes buscan mejorar la suspensión trasera sin comprometer la instalación de otros componentes. En cambio, el RockShox Flight Attendant, con su adaptabilidad para horquillas y amortiguadores, es más completo para ciclistas de XC, Trail o Enduro que desean un ajuste total y precisión en su conducción.
Para quienes valoran la tecnología avanzada y cuentan con la experiencia necesaria para aprovechar estos sistemas, ambas opciones son altamente competitivas. Sin embargo, al tomar la decisión, es clave considerar el uso de la bicicleta y el presupuesto, pues la inversión en suspensiones electrónicas es elevada, y cada gramo cuenta al tomar decisiones en la pista.