Francisco Espinosa
Aguascalientes, Ags.- En el balcón, las autoridades de seguridad pública municipal y estatal observaban a las 18 mil personas vestidas de blanco que abarrotaron gran parte de la plaza patria. Mientras, en tierra, 200 policías de la capital intentaban disuadir cualquier enfrentamiento que pudiera presentarse entre dos ideologías que difícilmente entrarán en el umbral del debate (malas noticias para los legisladores entrantes), y que han dividido a un estado.
Frente al pilar que sostiene al águila que se come una serpiente, una tarima alta con bocinas al lado junto a unas pantallas grandes, sirvió de escenario para la conglomeración que el Frente Nacional por la Familia organizó para hacerle frente al mandato de la Suprema Corte de la Justicia de la Nación respecto a legislar el matrimonio igualitario, en pos de cumplir con un pendiente en materia de derechos humanos que tenía el país.
Resguardados por un perímetro de vallas, la mancha urbana blanca arribó casi una hora después de la manifestación organizada por distintas organizaciones civiles a favor del matrimonio igualitario, que se se ubicó en el Jardín de las Jacarandas. Con cara de pocos amigos y con ganas de increpar, algunos de quienes vitoreaban a favor de lo que ellos llaman ‘familia natural’, se reían de su contraparte y lanzaban miradas de burla. Uno quienes le dieron la espalda al estrado, y se dedicaron a observar a los pocos que quedaban de la manifestación contraria.
En un costado de la plaza, un grupo de personas colocó una mesa larga en donde pusieron libros de textos alternos de los que entrega la Secretaría de Educación Pública (SEP), como una opción que tenía toda la ideología de lo que ellos creen correcto, y con el afán de “no pervertir la inocencia de los niños (…) por ejemplo, en el actual material educativo se dice que la masturbación no es buena, nosotros ponemos que es mala”. Después, cuando algunos reporteros comenzaron a hojear los libros, los arrebataron sin decir mucho más.
Enfocados en defender lo suyo, y si sin ganas de abrirse al debate, incluso usaron el micrófono para acusar a la prensa “que miente, que deforma la verdad y que no dice lo que es correcto”. Mientras, en la Plaza, un grupo de jóvenes tomaba fotos a quien consideraban sospechoso. La paranoia alrededor de su conglomeración era evidente. Y es que los asistentes, quienes marcharon por todo Madero, sienten que todos están en contra, empezando por Enrique Peña Nieto, quien se llevó abucheos desmedidos cuando vociferaron su nombre.
Tal vez como estrategia, tal vez como un casual retraso, a pesar de que los organizadores dejaron bien claro que se trataba de una manifestación sin vínculos religiosos y a partidistas, se pudo ver pancartas con consignas religiosas (‘a favor de la familia que diseñó dios’) por parte de un grupo aparte que arribó 20 minutos después de haber iniciado oficialmente el encuentro, con un letrero que decía ‘Cristo te ama’ y cantando canciones religiosas.
Así, el éxito de la conglomeración supone un retroceso en quienes pretenden que los dos grupos encuentren un punto en común para poder legislar, como la sociedad ya lo ha demandado. Las consignas a favor y los mitos alrededor de lo que es ser homosexual reinaron en los gritos. Hoy, a unos meses de que una nueva legislatura arranque funciones, un tema caliente la espera. El peso de la SCJN se pondrá en riesgo frente a una presión moral que hoy demostró que sigue siendo fuerte, incluso más allá de un proyecto de ley, incluso más allá del presidente de la nación.