Redacción
La producción de café en América enfrenta desafíos sin precedentes debido a los efectos del cambio climático y los crecientes costos de producción, lo que ha generado un panorama desigual entre los países productores. Mientras Colombia reporta un crecimiento histórico, naciones como México, Perú, Costa Rica y Honduras lidian con caídas en los rendimientos y mercados volátiles.
En 2024, los precios internacionales del café arábica aumentaron un 70%, impulsados por sequías en Vietnam e Indonesia, además de las heladas que afectaron el 35% de la cosecha de Brasil en años anteriores. Sin embargo, este auge no se ha traducido en beneficios equitativos para todos los productores, especialmente los pequeños, quienes enfrentan dificultades para mantener la rentabilidad.
En México, la sequía ha reducido la producción en estados clave como Chiapas, Oaxaca y Veracruz. Moisés Ernesto, productor en Chiapas, describe la situación: “La planta está verde, pero no tiene la producción de café que debería dar”. La cosecha nacional ha caído más del 50%, lo que pone en riesgo la estabilidad de uno de los principales exportadores mundiales.
Brasil, el mayor productor global, logró recuperar un 1.7% de su producción este año, pero enfrenta un futuro incierto por una sequía de cinco meses. Márcio Ferreira, presidente del Consejo de los Exportadores de Café, advirtió sobre una posible caída significativa en 2025.
En contraste, Colombia alcanzó cifras récord, con una producción de 13.41 millones de sacos, un 21% más que el año anterior. Germán Bahamón, gerente de la Federación Nacional de Cafeteros, destacó ingresos por 14.2 billones de pesos (3,200 millones de dólares) como muestra de la resiliencia del sector. Sin embargo, subrayó la necesidad de renovar cafetales y aplicar políticas de fertilización para asegurar la sostenibilidad.
En Perú, la producción cayó a 658 kilos por hectárea, por debajo del promedio mundial de 880 kilos, afectada por la roya amarilla y el envejecimiento de las plantaciones. La Junta Nacional del Café urgió la renovación de 50,000 hectáreas y un fondo de 120 millones de soles para sostener a los 200,000 pequeños productores.
Costa Rica proyecta un aumento del 8.6% en su cosecha, pero los bajos tipos de cambio reducen los beneficios de los precios internacionales. Por su parte, Honduras estima una producción de 317,800 toneladas, aunque los altos costos limitan las ganancias para los caficultores.