Redacción
París.-España consiguió durante la noche del miércoles una gesta histórica que hacía 12 años que no se producía: subir al podio. Tras años preparándose para una hazaña de tales magnitudes, siete exactamente, los mismos que lleva su actual entrenadora Mayuko Fujiki, más conocida como Mayu, lo consiguieron. España consiguió colgarse el bronce al cuello. A su lado, en lo alto del podio, otra española, Anna Tarrés, actual entrenadora de equipo chino y vieja conocida para las españolas. Hace unos años, Tarrés lideró al equipo español a lo alto de la natación artística, pero una polémica interna la hizo salir y buscar fortuna en otros países.
En el año 1997, Anna Tarrés asumió las riendas del equipo español de natación artística, un cargo que ostentó hasta el año 2012. Un periodo de tiempo en el que acumuló hasta cuatro medallas olímpicas y un total de 52 títulos europeos y mundiales. Fue ella quien elevó la natación artística española a lo más alto y la puso en el radar internacional. Nadie puede cuestionar esta hazaña pero sí las prácticas y métodos que empleó para conseguirlo que le costaron el puesto de trabajo cuando las nadadoras españolas dijeron basta y su persona pasó a estar bajo la mira pública.
El día 22 de septiembre de 2012, se hizo pública una carta firmada por quince nadadoras denunciando las prácticas de Anna Tarrés: “Hoy decidimos unirnos para contar nuestra historia para dar voz a todas aquellas cosas que hasta el momento han quedado escondidas bajo las medallas”, aseguraba el comunicado. En el documento, que elaboraron Paola Tirados, Cristina Violán, Itzier Aspe, Laura López, Julia Casals, Neus Seguí, Eva Zhdanova, Ana Violán, Laila,Jordina Pallarols, Lara Oyonarte, Ithaisa Robaina y Carla Violán, denunciaron los abusos que llevaba a cabo la entrenadora y que generaban una gran presión psicológica.
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Tras detallar la situación que vivían en cada entrenamiento junto a Anna Tarrés, las nadadoras explicaron algunas de las experiencias personales que vivieron. “No vengas a hacerte la estrecha, si te has follado a todo lo que se mueve”; “Anna, ¿puedo salir del agua un segundo a vomitar? Tengo muchas náuseas” a lo que contestó: “¡No! ¡Trágatelo que aún te queda una hora y media para terminar!”; “Habrás quedado bien en figuras, pero con lo gorda que estás no puedo desfigurar al equipo”; “Fuera del agua gorda, vete al psicólogo”. Estas son solo algunas de las vivencias que entonces narraron las deportistas españolas.
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El despido de Anna Tarrés
Tras ello, la Federación Española de Natación decidió hacer caso a las deportistas, quienes, como detallan en la carta, llevaban muchos tiempo denunciando los abusos que sufrían por parte de la entrenadora. Fue entonces cuando, a falta de unos meses para que concluyera su contrato, decidieron despedirla. Sin embargo, Tarrés alegó que se trataba de una estrategia falsa para despedirla y decidió denunciar a la federación y ganó.
Con una indemnización de casi 400.000 euros, la entrenadora se marchó y comenzó a buscar nuevos proyectos. México, Francia, Ucrania o Israel fueron algunos de los trabajos que fue encadenando. Finalmente ha sido en China donde se ha asentado hasta llegar a los Juegos Olímpicos de París, donde ha conseguido el oro en natación artística por equipos.
Con información de Infobae