Redacción
En un avance que podría cambiar la forma en que interactuamos con la luz, un equipo de investigadores de la Universidad Estatal de Pensilvania (Penn State) ha desentrañado el misterio detrás de las enigmáticas partículas conocidas como brocosomas, secretadas por los saltahojas, y cómo estas podrían ser clave para la próxima generación de dispositivos de invisibilidad.
Estas estructuras ultradiminutas, invisibles a simple vista, han capturado la atención de los científicos en ciencia de materiales debido a su capacidad para manipular la luz. Inspirados por la naturaleza, los investigadores han utilizado réplicas exactas de la intrincada forma de los brocosomas para entender cómo absorben la luz visible y ultravioleta.
El profesor Tak-Sing Wong, director del estudio publicado en las Actas de la Academia Nacional de Ciencias (PNAS), destacó que este descubrimiento podría impulsar innovaciones tecnológicas significativas.
“Con una nueva estrategia para regular el reflejo de la luz en una superficie, podríamos ocultar las firmas térmicas de humanos o máquinas”, explicó.
El equipo ha logrado sintetizar brocosomas sintéticos utilizando tecnología avanzada de impresión 3D, imitando la estructura natural de estos diminutos elementos. Esto no solo podría llevar a nuevos avances en dispositivos de camuflaje invisible, sino también a recubrimientos que mejoren la eficiencia en la recolección de energía solar.
El investigador postdoctoral Lin Wang comentó sobre el potencial de estos materiales ópticos bioinspirados: “Nuestro trabajo muestra cómo comprender la naturaleza puede ayudarnos a desarrollar tecnologías modernas”.
El viaje hacia este descubrimiento comenzó en 2017, y ahora, con el avance actual, el equipo ha demostrado cómo la bioinspiración puede abrir nuevas puertas en el campo de la óptica y la invisibilidad tecnológica.