El Música
Aguascalientes, Ags.- La rebatinga al interior del partido Morena en Aguascalientes no cesa, cada uno de los suspirantes se mueve por todos los medios para ser el bendecido de los dioses del Olimpo, es decir de Andrés Manuel López Obrador, de José Narro o de Yeidckol Polensvky.
En este caso parece que el grupo se acortó en cuanto a las posibilidades quienes más tienen de convertirse en el candidato a la alcaldía capitalina son Eustacio “Tacho“ Alvarez, Arturo Avila, José Angel “Paquín“ González y Gabriel Arellano.
Ya en menor posibilidad, está Mauricio González y prácticamente descartado y él lo sabe, es Heder Guzmán.
De acuerdo a lo que hemos conocido, será José Narro quien decida quien de los de arriba citados sea el abanderado que enfrente al candidato o candidata del PAN, aunque sin duda el senador tendrá que solicitarle el visto bueno a la dirigente nacional del partido morenista.
Los golpes por abajo y por arriba de la mesa están a todo lo que dan y el pleito sigue entre el actual dirigente, Cuitlahuac Cardona quien hace unos días advirtió que habrá auditoría a la gestión de Aldo Ruiz, además de que su hermano Cuauhtémoc el diputado local lo acusó de estar distraído de su labor de coordinador de los delegados federales, precisamente por andar metido en el tema electorero.
A su vez un grupo de expriistas (de Carlos Lozano y Lorena Martínez) y de otros grupos, así como de expanistas y experredistas se afana en desconocer a Cuitlahuac Cardona.
Un sector de ellos que tiene nexos con los Monreal no quiere dejar de meter el pie y desgastar a la dirigencia que no acaba de poner orden, al también estar distraída para acomodar a los delegados que faltan y que tienen la operación de las delegaciones literalmente patas para arriba.
Es así que actualmente hoy en día en el partido del águila juarista luce todo revuelto, pero lo que es peor, sin rumbo porque la mezcla de primores y de panmores no se acaba de amalgamar y de expulsar a los que no aportarán ni tienen nada qué hacer en ese proyecto.
Todavía faltan varias semanas para que se de el registro de precandidatos, así que le esperan a Morena casi dos meses de más de incertidumbre, bandazos, golpes bajos y de frente, mientras el agua se apacigua.