El día que reinauguraron el Estadio Municipal de Aguascalientes 

Gilberto Valadez

Aguascalientes, Ags.- La tarde del miércoles 28 de septiembre de 1992 se  abrió una nueva etapa para el futbol en la capital, con la reinauguración del entonces denominado Estadio Municipal. Cuando aún se veía lejana la posibilidad que la ciudad tuviera un representativo en la máxima categoría de ese deporte.

El nuevo aforo puesto en marcha hace 30 años contó con la visita de las Chivas del Guadalajara que sufrieron para ganarle a un seleccionado estatal, el cual estuvo cerca de arrancarles un empate en lo que era el principal empastado de la entidad, entonces con un escenario para 15 mil almas.

Sin embargo, el modernizado inmueble apenas tendría vida para una década, pues poco después fuese vio reemplazado por el actual Estadio Victoria.

En el principio

Inaugurado el 26 de junio de 2003, el Estadio Victoria logró colocar a Aguascalientes como referente del balompié mediante la mudanza del Club Necaxa y con ello el abanico de los clubes profesionales: desde los más seguidos hasta algunos que ya desaparecieron; también sería aforo para disciplinas como el futbol americano o sede de conciertos musicales.

Pero el Victoria no surgió de la nada. Sentó sus raíces en la antigua estructura del Estadio Municipal, que como su nombre lo indica, era administrado por el ayuntamiento capitalino.

El Municipal había sido inaugurado en la década de los cuarentas, del siglo pasado, en terrenos de la actual colonia Héroes y junto al parque Alberto Romo Chávez, dedicado éste último a partidos de beisbol.

Aunque el Municipal tenía su campo de balompié, no era exclusivo para la práctica de esa disciplina. Pues además se le colocó una pista de atletismo, con fosa con agua para las carreras steeplechase y que durante años sirvió para numerosas competencias estudiantiles, de carácter regional o simplemente para que cualquier persona fuera a ejercitarse.

En sus primeros años, el foro de la colonia Héroes tenía reducido número de espacios para público, con asientos sólo en sus costados oriente y poniente alrededor del campo de futbol, además de algunas áreas verdes. Ello no impidió que se tuviera los primeros acercamientos con el futbol profesional, a través de equipos de segunda o tercera división que no pasaron del anecdotario.

Volver al Futuro

Para 1992, la gestión de María Alicia de la Rosa, segunda alcaldesa de Aguascalientes, anunció la reinauguración del Estadio Municipal y oficialmente dispuso de mil 650 millones de pesos con recursos del Fondo Directo Municipal. La finalidad sería completar el óvalo de graderío para aumentar a un total de 15 mil espectadores, además de aumentar a una docena los accesos al estadio con dos entradas principales, así como incrementar el sistema de alumbrado.

El proyecto tuvo que terminarse contra reloj, debido a que ese año culminaba la gestión de la alcaldesa, que en realidad cubría la suplencia de Armando Romero, quien por su parte asumió la presidencia municipal en 1989, pero habría dejado el cargo a medias para irse de diputado federal.

La obra fue anunciada para ser inaugurada de manera formal el miércoles 28 de octubre de 1992 y para su apertura se contó con la asistencia del entonces gobernador Miguel Ángel Barberena Vega, que también estaba a días de entregar el cargo, además de una intervención musical del cantante Napoleón.

Sin embargo, el platillo fuerte sería el invitado especial. El club profesional Chivas Rayadas de Guadalajara, uno de los equipos con más seguidores a nivel nacional y que en ese entonces aún tenía a jugadores reconocidos como Benjamín Galindo, Javier Aguirre o Demetrio Madero. Esto terminó por facilitar el lleno en los ahora 15 mil espacios para asistentes que abarrotaron el juego de inauguración. 

El Rebaño se enfrentó a un combinado de futbolistas de ligas locales, reforzados por Armando González, entonces delantero de los tapatíos y dirigidos por Camilo Barba.

Al final, el seleccionado aguascalentense le dio pelea a las Chivas que terminaron imponiéndose con ajustado marcador de 3-2. El primer gol del remodelado inmueble sería firmado con un cabezazo de Mario Arteaga, delantero de Chivas, que ese año integró la selección mexicana en los Juegos Olímpicos de Barcelona.

Como un anuncio que ahora puede sonar premonitorio, Luis Páez, a la sazón presidente de la Asociación Estatal de Futbol, dio un mensaje en donde no sólo agradeció a las autoridades por concluir el proyecto, sino que dijo que “a futuro, la ciudad podría contar con un equipo de futbol profesional”.

Irónicamente, la nueva era del Estadio Municipal apenas duraría diez años.

Aves de Presa

Solamente dos años después, fue creada la categoría de Primera División A, que no era otra cosa que una segunda división con mayor presupuesto. Esto facilitó la apertura de nuevas plazas profesionales en otras ciudades del país como fue el caso de Aguascalientes, que tuvo al equipo Halcones. Sólo que el club apenas tuvo un torneo en la categoría, con números negativos en lo deportivo; aunque con buena respuesta de los aficionados.

En 1995 hubo un nuevo experimento que sí fructificó. Los Gallos de Aguascalientes se instalaron en la rama de Segunda División y apenas tres años después ya habían ascendido a Primera División A. Luego, en el Torneo Invierno 2000 incluso se coronaron campeones de la categoría superando a La Piedad. Siempre teniendo como sede el Municipal. Curiosamente Mario Arteaga llegaría a jugar en algún torneo con los Gallos.

Luego del campeonato del 2000, las autoridades municipales anunciaron la construcción de un nuevo estadio, en espera que los Gallos ascendieran al máximo circuito. Pero un año después, La Piedad fue quien concretó el ascenso. Eso no impidió que en octubre de 2001 se anunciara la mudanza del Club Necaxa a Aguascalientes para el verano del 2003.

Esto derivó en el inminente cierre del Estadio Municipal, donde se edificaría un inmueble más amplio para las exigencias de la categoría de oro del futbol nacional. 

El viejo inmueble de plano cerró en marzo de 2002 y sobre sus cenizas se construyó el Estadio Victoria. Cuyo nombre, no siempre se cumplió en el césped.